ÁNCORA
(Fragmento)

Soy navegante de la nada y he descendido hacia la arena,
fui primero viento
dejé el puerto inicial,
la matriz era la tierra de agua,
buscaba alquimia
encontré lodo,
fui un alacrán bajo la luna
y vena pulsando en el arrecife.

Encantamiento fugaz,
eso fui y nada recuerdo,
sólo estos artilugios
para medir las estrellas, David
hablo de nuestro camino y las mareas
los polos y el magnetismo
ojos del profundo mar cruzando.

El tiempo
es hermano de la tristeza,
la tristeza de las dunas
el desierto y la flor.

Todo eso fuimos
y brújula rota en el confín de la Tierra.
Compañero de viaje infinito
compañero infinito del viaje.

Fuimos principio y fin
el mapa para llegar a la terra australis,
pero encallamos en el Nuevo Mundo
y buscamos con pie firme
el descanso bajo la sombra.

Encontramos los pies descalzos,
el primigenio sabor del sol desnudo,
y quemada la piel blanca
se parecía a la cara de un volcán.

Tláloc, el tlatoani y el cenzontle.
Nuevas palabras coronaban el paisaje,
todo fue simple
desmedida riqueza del encuentro.

Traíamos la peste en los talones,
el Tajo y el Guadalquivir.

Quemamos las naves.

Pura vida en el intento,
la armadura resonante en
el madero del barco
el madero de Cristo
todo expiación desde el comienzo.

La tripulación era toda un grito,
moría de hambre la esperanza.
La visión del horizonte nocturno
era un espejo el espacio,
toda la edad del universo
a bordo de una carabela numerada,
inmensas vicisitudes las del viaje,
hermana de altamar es la fortuna.
Fuiste fortuna, pero también
la enfermedad del deseo.

Áncora y La estampida del silencio (Garvm Ediciones, 2021)


Ya el intelecto
sale sobrando
ante la globalización
de la locura,
ante el devenir
de tanto encierro
ante la brutalidad
de estos tiempos,
no es que ser inteligentes
nos salve de cualquier cosa
no es que ser productivos
nos proponga un bienestar estático.
La peste moderna
es la hiper-racionalidad,
que no el raciocinio,
Psicodeflación-Berardi
de todos los asuntos
que a unos cuantos poderosos se les otorga
sobre lo que a todos compete.
Que separan la senti-lógica,
el proceso de la emocionalidad
de cualquier decisión
financiera o monetaria
de los monstruos del capital.

Que otorgan más atención al dato que a la persona
Que otorgan más valor a un árbol dormido que a un bosque despierto.
Que otorgan más ganancia a un océano de petróleo o desbordado de balsas y naufragio.
Que en su afán de comerciar con lo que es de la Tierra, la amenazan sin piedad
con su gran guerra armamentista.

Áncora y La estampida del silencio (Garvm Ediciones, 2021)


XVI.

Si la torre emergiera desde mi espalda
te murmuraría la historia que nos urge
palpitando al fondo del vaso que se desgarra,
salida de lo que estaba oculto
la triple emergencia del ambiente, del socius y la psique,
dice Guattari y su Caósmosis me suena a Kamasi
Washington;
ya te habrás dado cuenta que yo sólo dejo versos
como migajas de pan, como pequeños faros
pletóricos de signos.
Aristóteles inventó el verbo de “ser humano”
que significa aprender a querernos.
Allí las definiciones sobran,
las torres como conceptos se derrumban,
un rayo ilumina nuestra manos,
padre, madre, hermana, abuela, abuelo
el esquema del mundo descansa en tu rol,
y poco o nada importa la teoría,
descansamos en construcciones ancestrales
que se rompen o se guardan,
dependiendo de cómo estén las tormentas
o los infiernillos en los días azules.

Arrodillarse en la boca crispada de las hadas (El Libro Feroz, 2020)


El esbozo de un bisonte enamorado

Estamos hechos de cuevas
invisibles, profundas.
Somos la piedra
indescifrable
del tiempo,
huesos// estalactitas
revelan el cuerpo verdadero de la Tierra,
templo fracturado de minerales,
voces antiguas
nos convocan al fuego cultual,
el bisonte prevalece
en su marcha salvaje,
la historia está enamorada de su gesto;
y sin embargo nosotros
morimos,
para que el orden oculto
de las cosas
siga su eterno curso
de pigmentos purpurinos.

Bisontes de luz (Ultramarina C&D, 2019)


Roca mínima
II.
Si de algo indefinido,
se tratara esta vida,
sería de un témpano de hielo
bendito,
que semeja
una pirámide:
la encantadora construcción
con altitud, latitud y profundidad
en el tiempo contradictorio que gira y giramos.
Un felino rojo custodiando
el cambio del tiempo profano al sagrado.
Escalada solución
a la luz de los entramados estelares,
así es como en todas direcciones
la información se despliega.
Chac-Mool a punto de despegar
¡Míralo salir disparado hacia el Cinturón de Orión!
¡Míralo sin casco, astronauta de piedra!
Qué pura su mirada celeste.
Ésta es la maravilla de los alienígenas mayas,
cada columna un guerrero del tiempo
sonido distante
el rapto de jaguar,
vuelo de quetzal mi pensamiento
y sonido de reptil mi canto.
Mi violencia es lava de volcán dormido
y en eterna resurrección.
Tzintzuntzan dice el colibrí mensajero,
con la rapidez del viento nos movemos.
Desde Pátzcuaro, abuelita
viajamos hasta la península,
Pirámide de Kukulkán, qué absurda me pareces en el olvido,
cierro los ojos como me enseñó mi hermana
y te puedo ver en toda mi furia
de temblor desesperado.
En tu bóveda pétrea me imagino el cielo claro
y tus matemáticas milenarias asombran todas mis alegorías.
Te pintaré cuatro veces cuatro
como número de equilibrio santo,
será el esbozo de una nave,
pirámide que vuela hacia el universo;
la verdad temblará
cuando el extranjero se gire hacia el pasado,
y se vea sacrificar al chamán
que es mi padre también,
y que ya vaticinaba el final y comienzo
de nuestro más alto espíritu salvaje.

Un día, me queda claro
conquistaremos nuestra esencia,
despertaremos de la pesadilla
que quiso enterrar toda piedra
puesta en el lugar
perfecto del rito.

Y será de fuego
el retorno
de mi civilización de estrellas.

Bisontes de luz (Ultramarina C&D, 2019)


 

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Sofía Sánchez (San Luis Potosí, México, 1992) es poeta y editora, Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UASLP (Universidad Autónoma de San Luis Potosí) y Máster en Escritura Creativa por la Universidad de Sevilla. Fundadora de la revista de literatura y artes Punto Muerto, por la cual recibió el Premio Estatal de Periodismo de San Luis Potosí en 2014. Es directora general de Editorial Torbellino. Publicó su primer libro, Los poemas de un monstruo o una rosa en 2013. Textos y pinturas suyas aparecen en la revista mexicana Viaje Inmóvil, en el fanzine colombiano Paradoja Ediciones y en Colectivo: Ilium. También Sofía Sánchez está presente en el III Encuentro Literario Internacional Verso Adentro (Huelva), en Nuevas Miradas V y en Transparencias IV, además del 14 Recital Chilango Andaluz que organiza la Plataforma de Artistas Chilango-Andaluces. Actualmente reside en España, donde imparte talleres de Escritura Creativa y es Doctoranda del Programa de Doctorado Interuniversitario en Comunicación por la Universidad de Sevilla. En 2018 fue ganadora del Premio de Poesía Luis Cernuda, por su segundo libro: Los astros, (Ediciones En Huida). Su próximo poemario, Bisontes de luz, será publicado por Editorial Ultramarina Cartonera & Digital en México y España.


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