
À ANTONIN ARTAUD
Et si un jour un homme se levait parmi les hommes
Et si un jour un homme s’avançait parmi les hommes
pour être mon ami
Un homme assez pur pour m’éprouver tout entier
Un homme assez fou et assez vide de sens pour me
comprendre
Un homme de ma race
Mais ayant brisé les échecs et les peurs
Et qui lirait à travers les années sans nombre
Un homme qui ne craindrait pas mes sarcasmes
Et qui ne craindrait pas ma haine
Peut-être sans épouvante
Peut-être le reconnaitrais-je avant de basculer dans la
nuit.
3 février 1945.
A ANTONIN ARTAUD
Y si un día un hombre se alzase entre los hombres
Y si un día un hombre avanzase entre los hombres
para ser mi amigo
Un hombre lo suficientemente puro para ponerme a prueba
por completo
Un hombre lo suficientemente loco y vacío de sentido para
entenderme
Un hombre de mi raza
Pero que haya quebrado los fracasos y los temores
Y que leería a través de los innumerables años
Un hombre que no temería mis sarcasmos
Y no temería mi odio
Quizás sin espanto
Quizás lo reconocería antes de hundirme en la
noche.
3 de febrero de 1945.
Extraído de Jean-Baptiste Para (Ed.), Anthologie de la poésie française du XX siècle, pag.112, Éditions Gallimard, 2000. Traducción de Mariano Rolando Andrade.
Jacques Prevel (1915-1951) vivió en la miseria y el aislamiento y fue uno de los últimos y más fieles amigos de Antonin Artaud. En vida, sólo publicó tres plaquetas de poemas que financió de su propio bolsillo y no obtuvo reconocimiento alguno. Se encontró con Artaud en 1946 y surgió una amistad genuina hasta la muerte del autor de Le Pèse-Nerfs dos años más tarde. El diario de esa relación, En compagnie d’Antonin Artaud, se dio a conocer de manera póstuma en 1974. El poema profético que presentamos aquí, sin título pero dedicado a su amigo, fue escrito antes del encuentro entre ambos. Prevel murió de tuberculosis en 1951 a los 35 años.
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