ANIMAL SOLAR | AQUARELA PADILLA


ANIMAL SOLAR 

quise conservar aquí este animal sagrado
no hacerle sombra
abrir de la derrota un nombre que le sirviera
que le llamara luna a la luna
y amplio al espacio donde habitas

quise también creer que el cielo era un refugio para ingenuos
quise decirle, antes que la voz se me quebrara
que cada sueño que llevas a la boca se desgrana
se vuelve arena
polvo

somos un cuerpo desnudo a la intemperie

quise guardar a este animal solar en el ombligo
darle de comer lágrima y aullido
para que asomara su enorme cabeza de galaxia en las ventanas

quise matar al animal
hacerlo de barro
para que de su caída pudieran los hombres construir sus casas
y en la noche amar bajo un techo de palma
recordar

quise mirar al animal
abrir los pliegues de su alma
tragar su corazón
quise minar mi latido de un ritmo antiguo
sobrevivir al tiempo
/cada barca en la mar una memoria extendida/
cada idea de animal sostenido
por ser el día una muerte inevitable

cuando se queda dormido en el temblor de un pájaro
ese animal es dulce
se sabe maestro de su suerte
amador
luminoso

a veces en el arriba de su sueño
cae terrenal y plomo entre los árboles
lleva las marcas de la guerra florida
del lamento que hace la tierra cuando está herido
zumbando una mano en el aire
buscando algo
una huella que le perdure
una mañana descalza
un susurro que le recuerde salvaje
parto nuevo
trueno


RETRATO PARA UN ENTENDIMIENTO

en mí el estallido
la calma del abrazo la espera
no pude parir a mi hija y soy su madre
se clavó en mis costillas
tenía miedo
durante horas nos anidamos en signo de muerte
y sobrevivimos

he sido llanto y conformidad
le puse árboles a la caderas
pájaros con tinta de fuego para olvidar
fui dejando mi cuerpo como mueca para otros

he sido la razón del silencio más punzante
la casa vacía
punto desnudo de mi cama
espalda en contraluz del tiempo

he sido el suelo abriéndose
el trago de la tierra y la vergüenza
la carne expuesta en la cima de las ruinas
de las manos cerradas en puño

he sido la palabra escrita tantas veces como para hacerme la idea de lo postergable
respiración profunda, deshielo
boca a boca de las grutas

he sido la imagen de lo roto
la frase celebrada
trofeo y castigo
censurada y prohibida
uso y desuso
añoranza
deseo
odio

he sido el nombre deletreado despacio
pronunciamiento
tras las cortinas
y debajo de las sábanas
en la mesa pública y los viajes por tierra

he sido la duda
lo efímero
la lastima
la comprensión
la negación
el fracaso
el aire recuperado
vuelto a asfixiarse

la mujer que me hace cuelga de las paredes con las manos arriba y resucita cada vez que se guarda
el polen no cuida de los vientres de las mujeres sin huella
no somos la certeza

he sido en cada una de las noches que pueblan la luz
de los vitrales
expuesta a la muerte y al ruido
consonante del miedo periférico

ave caída
volcada al corazón al transeúnte
al pasajero

los caminos de los trenes tienen sonidos de taladro
rompen el suelo por años de constancia
hasta llegar al centro y tocar el cielo inverso del mundo
su ombligo

los hombres que amé reposan en el hilo invisible que teje los tobillos con la nuca
camino con ellos
esclava de mí

agotados los incendios
he sido la rabia
la pérdida del tiempo
del brutal choque de la cara contra las almohadas
contra los intentos

la hija he sido
la mujer de
la amante

he desbaratado el camino
lo he vuelto a armar
rotos los pies
comidos los ojos
cansada la altura de los hombros

abrí mi boca
tan grande como para causar un ajuste en torno al suelo donde nací
toco el aire de lo que aún no nos han robado

me río de las causas
ando descalza para saber que sigo viva
pruebo el alimento con las manos
las quemo
párpados arriba debajo del agua
contengo la respiración
ordeno los libros para ordenar mi cabeza
lamo y grito
oigo de pie
duermo el sueño de los que ya no esperan
amo como un animal por extinguirse
me queda fe


UNA

¿cómo saber en qué asidero guardar lo útil?
y saber ¿qué es lo útil?
¿lo que queda?
¿quién decide qué le sirve del recuerdo?
¿qué gesto qué escombro qué paisaje?

una deja los libros a medias creyendo que no se quedan adentro haciendo lo suyo
una deja a la gente creyendo lo mismo

la mudez es una trampa para ingenuos

una que es tan ingenua
imagina las cosas más sencillas
dormir para apagarse
remediarse
una se identifica cúmulo
adentro
para quedar tras la pared sin culpas

¿cómo una hace para amanecer sin rehacerse cada día?
sin dudar de la risa
de la suerte
de la calle que te nombra

una se traiciona
se escapa y es otra
es su obra
su calma
su ruido
una termina creyendo ser el ruido
el lugar donde nació
su familia

en el espejo una es su madre
su hermana
su dolor
una es lo que los otros creen que una es
y nada de eso explica que le habiten a una ciertas ruinas

la soledad aguanta hasta el hastío
la explosión de la vida en un segundo
nada llega a dar razón de la ironía y todo termina siendo agónico
casi clínico

una suele hablar desde este lado del patio
lo ve todo a la intemperie
se desploma al aire para que algo nazca
se expone carne, espuma y mientras tanto

una es su signo móvil
cree que la lluvia trae algún presagio
como si de verdad existieran ciertas ciencias

una se acostumbra a perderlo todo
se cansa del siempre, del nunca y de los absolutos
una es tan absoluta
tan necesariamente historia
queriendo serlo
mano a mano con la suerte

una sabe que el día se acabó hace tiempo
y sigue creyendo sin embargo
tan panfletaria una
sensiblera
del pan
la mar
el desacierto

 


Aquarela Padilla nace en Caracas (Venezuela) el 19 de Abril de 1988. Culmina sus estudios secundarios de humanidades en Caracas, donde realiza diversos talleres de acercamiento a la escritura y la fotografía, entre ellos, en Monte Ávila Editores con el poeta venezolano William Osuna. Publica su primer libro de poesía Acordes del Mañana, Ministerio de la Cultura, con el concurso Cada día un libro. Se prepara como promotora de lectura con el Sistema Nacional de Talleres Literarios (Casa Nacional de las Letras Andrés Bello), forma parte del Circuito Liceísta de las Letras con quienes participó en diversos encuentros literarios dentro y fuera del país. Brindó talleres como facilitadora de lectura y escritura poética. Invitada a actividades referidas a la literatura en La Habana y Bolivia. Realizó estudios de producción audiovisual en la Escuela Metropolitana de Producción audiovisual en Caracas. Estudió Letras en la Universidad Central de Venezuela. Coordinó el área de investigación de la Escuela de Medios y Producción Audiovisual de Ávila Tv. Dirigió la editorial del Ministerio del Poder Popular para la Educación (CENAMEC). Ha publicado en diversas antologías de poetas venezolanos y medios impresos nacionales e internacionales, entre ellas “Rosa Caribe, poesía de Venezuela y Cuba”, La Mancha ediciones (2011). Recibió una mención especial en el Concurso Nacional de Poesía de La Casa de las Letras Andrés Bello en el 2011, con el poemario “Rojo es el incendio”, aún espera por su publicación. Trabaja como productora, investigadora y guionista de forma independiente para varios proyectos de cine y televisión. Actualmente vive en Alemania. 

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