
REVOLOTEOS
Voy de un lado al otro
encontrándome en espejos decorativos
algunos regalan miradas
otros juegan a las escondidas con mis retratos.
Verme de reojo
verme de frente
verme de perfil
detenerme en el placer de la soledad cuando está desnuda.
DÍA CUALQUIERA
Sentir las costillas hechas un alambre de púas
la cabeza palpita.
Alcanzar.
Ningún autobús se siente atraído por la urgencia
ni conmovido por un mal clima.
Tampoco tiene límites para recolectar desesperación.
Las emociones se funden entre tubos,
miradas recargadas esquivan las líneas que unen los cristales
apuntan al piso desde una altura sin encanto.
El semáforo en verde cede paso al alivio.
Ponerse audífonos es la única manera
de tomar oxígeno, mientras se detesta el freno.
Las ciudades maduran en el tráfico
ignorar, reduce el tiempo.
ARRÚLLAME
Estas calles tragan niñas
convierten las banquetas en lecho.
Ni su nariz, ni sus orejas crecerán.
El vello del cuerpo espera volver
a escuchar su nombre como canción de cuna
para tranquilizar el sueño.
Cubrirse con la manta tejida de cuerdas vocales.
La identidad queda como retrato de rebeldía
atrapada entre capas de piel
todo tiene un tinte morado,
contrasta en los ojos que gritan: mamá.
VIVIR EN EL LUGAR COMÚN
Escucho la casa del vecino,
mis oídos contemplan una fiesta.
No fui invitada.
También contemplaron sus peleas.
Soy un árbitro detrás de un muro frágil
ante los decibeles de la intimidad.
Lo he escuchado hacer el amor
tampoco me ha invitado.
Vivo con sus buenos días
hace mucho que no viene a mi puerta
por un poco de azúcar.
Lo veo en mi cama
y me pregunto:
¿Cómo metió en cajas nuestra vida
sin que yo darme cuenta?
PRINCIPIO
Una los puntos en orden para descubrir la figura.
un pato, una flor; es sorpresa.
Tal vez usted encuentre el mecanismo donde se engrana el mar
que viene, empuja hacia adentro y después escupe la muerte
Tal vez encuentre un tesoro en la basura viajera
como el cielo apagado que vive en la cabeza del cerillo
Tal vez en los puntos encuentre un tendedero
arrastrado por el aire: esparce aroma a ropa limpia
se convertirá en trapo
para prender el fuego
crear
el que estuvo una vez en el cerillo
recrear
el cielo apagado que se prende con el mar.
AURORA GONZÁLEZ DE MENDOZA (México, 1996). Estudió la Licenciatura en francés como Lengua Extranjera en la UdG. Escribe poesía y experimenta con la lengua. Ha sido becaria del PECDA Jalisco en 2021. Sus poemas han sido publicados en revistas como “Carruaje de Pájaros”, “Casa Bukowski” y participó en el festival “Voces del Extremo – Bilbao”. Ve la vida como un collage, y disfruta reírse de todo, pero sobre todo de ella.