
Como un rumor de hojas secas,
remolino de viento por la tarde,
dices mi nombre.
No mi nombre,
el nombre que convoca y llama
a la que vive detrás, adentro.
Profundo, como una lengua ávida,
vas abriéndote paso en la carne núbil,
como una lanza tierna que hiere
apenas al tacto.
Afilado escalpelo
diseccionas músculos, entrañas
piel y huesos, carne y alma,
materia gris inerte,
buscando lo que sabes de antemano.
Llévalo a tus redes