CUERVO NEGRO CUERVO BLANCO | JOTAELE ANDRADE

CUERVO CON GRANO DE ORO (EXTRACTO)

el feligrés

yo vi al cuervo
y escribí su historia
y su canción
con una de sus plumas

no preguntes dónde se coció la tinta
en que lees estas cosas

ni cuáles sus ingredientes

yo andaba donde vida y muerte
entretejen
sus fronteras

un pie de un lado y del otro

y un pie sonaba a aleteo
y el otro a un fangoso temblor amputado

y ambos daban un paso que bailaba y tropezaba en un solo movimiento

*

La casa del feligrés

hice mi casa con plumas caídas
de su plumaje
y mi casa era negra
y sinuosa como la anguila

mi casa se confundía con la noche
y mis manos

y allá arriba cada tanto el golpe de la luz sobre el ojo
vigilante del cuervo
daba un parpadeo

corroborando acaso
que lo concerniente a la sombra
siguiera
en la sombra

*

comprendo ahora
que mi casa fue un nido

acaso allí se concibió la idea de un huevo

no la experiencia fáctica de lo que es

si no la posibilidad de algo

o acaso hubo un pensamiento vacío
dentro del huevo de la nada

¿digo la experiencia de la disolución
en lo vaciado?

o
apenas
el nido vacío
del misterio

*

Todo era el ojo del cuervo avistando todo

y cuando movió su ojo
una ráfaga
deshizo mi casa
la noción de abajo arriba
de ayer hoy mañana

pues su mirada
atravesaba las capas de la cebolla
del tiempo

en un mismo rechinar

en la misma fluctuación a través
del aire de las eras

y estaba en el zumbido y el destello

en el reflejo del agua
y en el agua

en cada punto del círculo

y fuera del círculo

todo era pupila abierta hacia adentro
y hacia afuera

*

y cuando iba a cantar cayó aquel grano de oro
de su sedoso pico

y estalló la luz

*

Inauguración de la coreografía del todo

como si se diseminara y diera
en el blando
espejo
por donde ocurre la múltiple
coreografía
de lo inerte y lo móvil
de lo que vuela y lo que repta
de lo que atraviesa
veloz
el polvo de las centurias
y el polvo posado sobre los muebles

y fuera hasta desembocar en la gran pupila
donde se mira por primera vez
la materia abisal de la vida

ocurrió
ocurrieron

el pato
el cáñamo
el oleoso interior del ajonjolí
la madriguera

maduraron los higos
carretas y bueyes
fueron borrando las sucesivas huellas
hasta dar con el camino

y charcas y astros y ranas
cantaron al unísono

un acto de inauguración
que duró lo que tardó en caer
ese grano de oro
que
todavía
cae

*

Ordalía

acostumbrándome
como se acostumbra el agua a las formas
que la contienen
di en mí
del modo en que despierta
la carne al dolor

la codicia en la moneda
el vuelo en la pluma

en la rosa agotada del hueso
desperté

¿lama sabactani?

¿quién me ha abandonado?

¿eloi eloi? ¿ecce mater tua?

Sanzuwu

Yatagarasu

Jīnwū

Samjok-o

es huérfana la carne

es triste la carne

un acto simultáneo de nacer y morir

 


 

Extraído de Jotaele ANDRADE, Cuervo negro cuervo blanco, añosluz editora, Buenos Aires, 2020.

 


 

Jotaele Andrade. Nació en la Plata, en 1974. Creció en Azul. Creció en Mar del Plata. En Azul hizo periodismo, ciclos literarios, talleres literarios y el Festival de poesía conocido como La Acampada. En Mar del Plata hizo otras cosas.

Ha publicado, entre otros, los libros: El salto de los antílopes (2012, El mono armado editorial), Los metales terrestres (2014, Añosluz editora). La rosa orgiástica (2016, Añosluz editora), El psicólogo de dios (versión ampliada 2018, Kintsugi editora), Sombra de dos colores (2018, Editorial Buenos Aires Poetry) y Cuervo negro cuervo blanco (2020, Añosluz editora).

Bebe. Vive en Avellaneda.

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