ELLA EN EL PARAÍSO | JORGE CONTRERAS HERRERA

 


Los caracoles tejen una fina filigrana de plata diamantina,
el sastre de los sueños usa espuma de olas y las hilvana
con cadenas de plata, ligeras como una sombra de luz
visible en las hojas verdes de los geranios.
Mientras te sumerges en otra dimensión donde los sueños
son palabras con sueños y en ellos sueñas.
Un impulso en el interior es la tela de un sastre
que te viste la sangre de tejidos, células marinas, medusas inmortales,
ballenas sentadas alrededor de una mesa
mirando el álbum de dibujos que el sastre de los sueños
ha publicado en un libro para marina.
Te sumerges aún más, cada segundo son mil años fuera del tiempo
las flores son eternidades y en cada una vez una galaxia
ángeles o genios, almas inmensas vibrando en la nada
y tú estás más allá, infinita, profunda
mirándome en la posibilidad
y el sastre de los sueños te ve sumergirte
y sueña a ser un mar vibrando en densidades
de un lado, las olas son montañas
del otro son ventiscas
y tú, revelas el misterio de las distancias
y el misterio de los destinos
y emerges para respirar en este mundo
un instante.


Cómo fue la primera vez que se nombró el corazón
Algún ritmo, una percusión que evocara el latido
en latín Cor Meum, corazón mío, mi corazón
mi co razón. Parece un juego.
una voz me decía que del sáncrito Hor
y era un ciervo saltando alegre, un venado
haciendo ¡coc! Con sus pesuñas en la piedra,
una cabra subiendo las peñas, cor cor.
No lo sé, nadie podría
en inglés es Heart, y se parece al alemán de Herz
como el Hertz de la frecuencia.
En griego es Kardia y en esperanto Koro.

Podría ser redundante mencionando todas las palabras
con el prefijo cor, como coro, o corral
fuera este un tórax con un venadito saltando en el pecho.
Y no lo sé, tal vez nadie pudiera
que el gallo con ese cuerpo de cardio emplumado
sea eso, un corazón que canta
y el kokóro o el quiquiriquí o el cocorococo
el Le Coq sea un corazón y no un venado.
Yo no sé Cor meum,
aquí adentro hay un animalito tierno
se siente huérfano de ti
sólo a ti pertenece.


Aparto el tiempo y el espacio se cuaja
aparto el espacio y el tiempo se disuelve
salgo de una burbuja y entro a otra
la luz es visible y divisible en la sombra
la sombra habla y escucho luz
su lenguaje es oscuro y aclarece lo que toca
las texturas respiran si las miras
hoy amé a mi mujer con el tiempo detenido
acaricié cada pliego de ternura en su sexo
y su sexo respondía con poemas palpitantes
poco después, el tiempo jugaba a no existir
en un espacio cuajado en suavidad ella miró las texturas
el orgasmo vino caído en gotas, lentamente expandido
palpable incluso en la mirada, en el aliento que florece
en la piel que se estremece en insondable placer.

 

 

 



Jorge Contreras Herrera. Poeta, ensayista, editor, promotor de lectura y gestor cultural mexicano. Director de Los Ablucionistas a.c. Salud y Felicidad a través del Arte y la Cultura, y director del Festival Internacional de Poesía Ignacio Rodríguez Galván. Autor de cinco libros de poemas.

Categorías