EXIMENTES | JOSÉ MIGUEL JUNCO EZQUERRA


LA MUJER DE BLANCO

Se sentaba frente al balcón
y escribía árbol en el cuaderno
Así como es un árbol
con la savia y la raíz del árbol
con el tronco del árbol
y las ramas del árbol

Y se le llenaba de árboles el cuaderno
de hojas se le llenaba el cuaderno
y hasta de bosques y de pájaros
y de nidos se le llenaba

Después iba poniendo comas
entre los árboles y puntos y comas
y puntos suspensivos y paréntesis
y dejando un espacio donde iban los espacios

O escribía noche en el cuaderno
Pero noche como de verdad es la noche
con sus misterios y sus lunas
con sus estrellas disecadas
con sus aullidos y sus lobos

Y se le ponía la noche en el cuaderno
y se le llenaba el cuaderno de estrellas
y se oían los aullidos de los lobos
y ella tenía que ir puntuando los aullidos
y poniéndole comas a las estrellas

O escribía mar en el cuaderno
Pero mar como es el mar
con todo el oleaje y el salitre
con sus barcos y peces de colores

Y se le llenaba de mar el cuaderno
de peces se le llenaba el cuaderno
de barcos se le llenaba
Y ella venga a ponerle comas y puntos

O escribía sobre la vida
Así como es la vida
con sus venturas y sus desventuras
sus luces y sus sombras
sus diástoles y sístoles

Y toda la vida se le volcaba en el cuaderno
mientras ella iba poniendo comas y puntos
y puntos suspensivos y paréntesis
y dejando espacios para coger aire

Después guardaba aquel cuaderno en la gaveta
con árboles y pájaros y aullidos en la noche
y mares con sus peces y barcos que zarpaban

Y se desvanecía en la inquietud del sueño
Así como es un sueño
con sus comas y puntos suspensivos
sus interrogaciones sus paréntesis
sus muchos despertares sus tiempos sus espacios

Del poemario: “Voces”. Mercurio Editorial (2020)


 

PALABROTAS

Mis abuelos maternos
tenían la costumbre de rezar el rosario
frente a un pequeño busto de Jesucristo
al que le caían gotas de sangre por los pómulos.

No por casualidad era que le caían
sino porque llevaba alrededor de la cabeza
una corona que le rompía los vasos capilares
y por esa razón se desangraba.

Tampoco fue el azar lo que hizo que la abuela
empezara a decir palabrotas
cuando encerraron al abuelo
en un campo de concentración.

Cuando lo pusieron en libertad
seguían con la costumbre de rezar el rosario
aunque, entre rezo y rezo, a la abuela
se le escapaban algunas palabrotas.

Después volvía al asunto de la madre de Dios
y el abuelo al asunto de bendita tú eres
hasta que se quedaban dormidos
se supone que en paz y reconfortados.

Para mí tengo que la más reconfortada era la abuela.
Sabía que las cosas no ocurren por casualidad,
y que las palabrotas, al igual que la lluvia,
obedecían a una relación de causa efecto.

Así fue como aprendí a preguntarme el porqué de las cosas.
Cuando se hacía el silencio yo me quedaba con mis conjeturas
sobre las múltiples causas que influyen
en las imprecaciones de las abuelas.

Me inquietaba que no pudiera pasar del purgatorio.
Pero tenía a su favor un sinfín de perdones
a las que se había hecho acreedora de tantas piedrecitas
que pacientemente había ido separando de las lentejas
con las que alimentaba al insaciable batallón de nietos.

Me dormía convencido de que iba a llegar sobrada
al tan ansiado cielo, aunque, por la costumbre,
nomás aterrizar se le escapara alguna palabrota.

Del poemario “Voces”. Mercurio Editorial (2020)


SECRETOS

Aunque no se me vea ni un ojo tan siquiera,
ni tan siquiera un brazo, ni el pelo, ni la frente,
desnudo y sin más peso que el peso de mi cuerpo
aquí en este poema estoy cruzando un río.

Aunque no se le vea ni tan siquiera un hombro,
ni tan siquiera el pecho rozado por los juncos
aquí en este poema una mujer desnuda
sin más peso que el aire aguarda en la otra orilla.

Aunque no se nos vean las manos enlazadas,
justo aquí, en esta estrofa, volcados en la hierba,
estamos consumiéndonos sin más peso que el goce.
En este mismo instante alumbra un colibrí.

Al fondo, imperceptible, el mar alborotado,
en el margen izquierdo bandadas de palomas,
arriba, a la derecha, el blanco de las nubes.

Del poemario “Oasis” Ediciones Vitruvio (2014)


MIEDOS

¿Qué será de nosotros si el mundo se termina?
preguntaste una noche inquieta y temblorosa.
Yo entrelacé tus dedos y te miré a los ojos:
si el mundo se termina nos vamos para casa.

Del poemario: “Oasis” Ediciones Vitruvio (2014)


DE MI MADRE MUY JOVEN

De mi madre muy joven recuerdo que volaba
meciéndose en las liñas de una incierta azotea,
susurrando con mimo canciones melancólicas
que hablaban casi siempre de amores separados.

Un prodigio en el arte de pulir la madera
sobre la que volcaba sus manos poderosas
hasta sacarle el lustre que le correspondía
con un cepillo mágico que guardaba con celo.

Como una partisana en un febril combate
se ponía de rodillas armada hasta los dientes
sin casi apenas cera y una antorcha en los ojos
para alumbrar el brillo de aquellos escalones.

No logro recordarla contemplando el paisaje
o asomada al balcón a la luz de la luna,
procedía de una estirpe tenaz y luchadora
combatiendo en el bando de las cosas que cuentan:

coser los agujeros, como quien cose nubes,
a viejos calcetines que se sobrevivían,
devolver a las plantas su verdor y su brío
y aprovechar la lluvia para ocultar el llanto.

Del poemario: “Cierta forma del viento en los cabellos” Ediciones La Discreta (2011)

 


EXIMENTES

Que sepas que te eximo de todo lo acordado.
Te eximo de tenerte que andar con mis cenizas,
te eximo de llevarme por siempre en la memoria,
te eximo de quererme más allá de los tiempos.

También del compromiso de no olvidarme nunca,
de no sentir por otros lo que por mí sentiste,
de estar toda la vida guardándome la ausencia.

Pero me gustaría que cuando arrecie el frío,
si ocurre que una noche el mar surca tus ojos,
me busques en la rítmica cadencia de las olas
y digas exultante: “¡qué bien, ya te extrañaba!”

Del poemario: “La mujer de lava”. Ediciones La Discreta (2016)


DATOS BIO-BIBLIOGRÁFICOS

Autor: José Miguel Junco Ezquerra

Nacido en Las Palmas el 8 de octubre de 1951

Licenciado en Historia y en Filología Inglesa por la Universidad de La Laguna. Profesor 

de inglés en Secundaria. Actualmente jubilado.

-Mención especial del jurado Premio internacional de poesía Tomás Morales 1992

LIBROS PUBLICADOS:

POEMARIOS INDIVIDUALES

Voces (Mercurio Editorial. Las Palmas, 2020)

La mujer de lava y otros poemas (Ediciones La Discreta. Madrid. 2016)

Oasis (Ediciones Vitruvio. Madrid, 2014)

Sonetos. (Ediciones Nace. Canarias, 2014)

Cierta forma del viento en los cabellos (Ediciones La Discreta. Madrid, 2011)

Países extranjeros (Ediciones La Discreta. Madrid. 2004)

Los días contados (Ediciones digitales menosletra. Las  Palmas, 2002)                                                                                  

El hombre de salitre y otros poemas (Huerga & Fierro editores. Madrid, 2000)

Cambios de ritmo (Edición del autor. 1997)

Hacer las paces (Mención especial jurado premio internacional de poesía Tomás 

Morales 1992. (Ediciones Cabildo Insular de Las Palmas, 1993)

Telegrama a una estrella (Edición del autor, 1989)

OBRAS COLECTIVAS

Coplas canarias a la memoria de Federico. Poetas canarios a Lorca. (Editorial Nace 2012)

Antología 1000 poemas a Vallejo (Editada y coordinada por Alfred Asís. Chile 2012)

Elegías últimas a Miguel Hernández. Poesía desde Canarias. Coordinador: Javier    Cabrera. (Editado por La Fundación Canarias Archipiélago 2021. 2010)

Enciclopedia de la Literatura Canaria. (Centro de La Cultura Popular Canaria. 2008)  

Acantilado y Silencio (Edición y selección de Javier Cabrera). Cabildo de Gran Canaria. 

Los Transeúntes de los ecos (Editorial Arte y Literatura, La Habana, 2001)

Escritos a Padrón (Cabildo Insular de Gran Canaria, 2004).

Poesía Canaria en viva voz (Ecca 2002)

Primer Congreso Poesía Canaria. (Cabildo de Tenerife, 1974)


 

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