BUZIRACO | FABIO MARTÍNEZ


EL GATO

A Ivonne de Greiff

El gato entra en el poema
como una sombra
y allí se instala.

Pasa tan desapercibido
que cuando el lector
comienza su lectura
sólo nota algunos pelos
dispersos
y un leve perfume
a orín oxidado.

El gato entra en el poema
simulando ser
una imagen del gato
una metáfora,
que nunca será él.

Atraviesa el poema
tan impasible,
que cuando el lector
intuye que está allí
sólo encuentra sus huellas
impresas sobre el papel.


EN LAS ALTAS COLINAS

Siempre me ha gustado vivir en las colinas;
desde allí se puede ver mejor el mundo.

Nací en la colina de San Antonio
la adolescencia
la pasé en la colina de Montmartre
la juventud
en la colina del Tibidabo.

Cuando subí a Montreal
a conocer la nieve
viví en Mont Royal.

De regreso a mi país
viví en Bogotá
en la colina de la deshonra.

Siempre me ha gustado
vivir en las colinas.
Desde allí se puede contemplar mejor el mundo.


PALO DE MANGO

A Eddie Palmieri

En las noches frescas de agosto
los amigos de infancia
nos sentábamos a echar cuentos
debajo del palo de mango.

Eran historias de misterio
que nos ponían los pelos de punta.

Por allí pasó
la llorona de San Antonio
la historia de Buziraco
y la leyenda del negro
de la Loma de la Cruz.

Eran historias misteriosas
que nos quitaban el sueño.

En las noches serenas de agosto
los amigos de infancia
nos sentábamos debajo del árbol
a escuchar el sonido de los mangos
cuando se desprendían de las ramas
y estallaban como bombas
sobre nuestras cabezas.


TRES MUJERES

En su lucha tenaz contra el Minotauro
Teseo descendió hasta el laberinto
construido por Dedalo.

Para poder salir de su encrucijada
necesitó de la ayuda de Ariadna
que le tendió su mano solidaria.

Dante fue guiado por Virgilio
en su viaje por el infierno.

El poeta
atravesó los nueve círculos
que conforman el Malebolge.

Para poder remontar el infierno
el poeta
necesitó del corazón de Beatriz
que lo condujo hasta el cielo.

En su lucha
por liberar a América
Bolívar sufrió un atentado
en Santa fe de Bogotá.

Para escapar
de sus enemigos
el libertador
fue ayudado por Manuelita Sáenz
que lo salvó de la muerte.


EL SAXO

Después de viejo
me ha dado por tocar el saxo.

El saxo,
que según mis amigos,
es mi segundo sexo.

Tomo el estuche,
el atril y las partituras
y me dirijo al teatro.

Saco el saxo
lo armo y sentado frente el atril
comienzo a interpretar una canción.

De la boca del saxo
sale una muchacha desnuda
que saluda al público.

La canción va in crescendo
y me obliga a subir velozmente
a lo largo de su tesitura.

Apenas subo una escala
otra muchacha se escapa desnuda
del instrumento y se pone a danzar
ante el público.

La canción es versátil
ahora me obliga a bajar
hasta sonar las notas más graves
de la escala.

Apenas bajo
sale del saxo
una tercera muchacha
y se lanza al público.

Cuando termino la canción
hay un harem de mujeres
alrededor mío que me aplaude
dejándome el rostro
pintado de besos.

Ah, el saxo,
—que como dicen mis amigos—
es mi segundo sexo.


CRUCES ROSADAS

En ciudad Juárez han plantado
ciento nueve cruces rosadas
donde reposan los cadáveres
de ciento nueve mujeres
abatidas por los hombres.

La rosa de México se vistió de sangre.

La mano brutal del hombre
se ensañó contra las víctimas
dejando sobre el desierto de Chihuahua
una sola sangría.

Oh, México de mis amores
Patria de la Malinche
y Sor Juana Inés de la Cruz.

Los hombres oscuros
que trafican con la dama blanca
atravesaron el Río Bravo
hacia el norte
pero antes
cegaron la vida
de ciento nueve mujeres.

Oh, México de mi alma
tierra de María Félix
y Frida Khalo
de Toña la Negra
y Chavela Vargas.

La rosa de los vientos
volverá a florecer
sobre tu cielo.


LA LECTORA

La lectora debe tener
el espíritu abierto
y las piernas cerradas.

Si una noche
desea entreabrirlas
para que el viento entre y la refresque
debe cerrar el libro
cuidando de poner un separador
en la página.

La lectora
debe ser de mente abierta.

Así los bichos nocturnos
que la asedian
se estrellen contra sus piernas.

De Los zapatos amarillos que viajaron hasta el cielo (2018)


FABIO MARTÍNEZ. Cali, Colombia. Es autor de más de quince libros, entre los que se destacan: La búsqueda del paraíso, biografía de Jorge Isaacs, Los viajes de la música: Música y Literatura afroamericana, El tumbao de Beethoven, Marea de sombras y Los zapatos amarillos que viajaron hasta el cielo (Poemas). Primer Premio Jorge Isaacs 1999 y Premio Internacional Rubén Darío 2019, Valdefuentes, España.  Es profesor de la Universidad del valle y columnista de El Tiempo.


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