
SAVYA BARRAULT PONIÉNDOSE SUS ZAPATOS
Las palabras del ahorcado eran más que un juego.
Las arenas desconfiadas del semen encontrado
en la quilla de los barcos, la marea perforada
y el número indivisible por otros. ¿Por donde
pasan los siglos sin que el polvo sea consumido?
¿Desde cuándo negocia la clemencia los estragos
de sus islas sumergidas? Los diamantes eligen
mujeres y hoteles de sus malas costumbres.
Una de nosotras se llama Savya Barrault, la otra
hace mucho olvidó sus quejas y camina por
la playa en las noches de borrasca. Su enigma
reposa como un mensaje cifrado en el mar
de las botellas extraviadas. Las letras moteadas
del ahorcado negaban los planes de ese juego
de dejar el monstruo narrar la historia humana.
Nadie sale de este ensueño de encriptaciones
sin haber probado que lleva una iglesia enterrada
en el subterráneo del alma. Un lugar que sea
el escondite del ahorcado y su juego macabro.
LA CALIDEZ CON QUE AMO CASSANDRA ROUX
Hay un privilegio ritual en los besos de esa mujer.
Como si estuviéramos bañadas en las cascadas
de Wang Wei. Como si las entradas descritas
en su dulce lengua fueran el signo de un nuevo ascenso.
Como la luz vertiginosa que transcribe su espíritu
en mi cuerpo. Como la posible analogía de mil dinastías.
Como la vida armoniosa de mi deseo.
Como una oración para que ella nunca me abandone.
Como una pipa sagrada que aspira en el aire
con su humo el encuentro de nuestros sexos.
Hay un privilegio ritual en los besos de Cassandra
Roux que me convierte en la más afortunada de las amantes.
LA CURIOSIDAD DE LA LENGUA DE YUE MEIFENG
Hay que hacer maravillas con los fracasos, me dijo
Yue Meifeng mientras saqueábamos la abadía
de nuestros cuerpos, viejas ruinas de la carne
y los secretos de la sangre. Nada tendría más
efecto que el vino de sus palabras: la riqueza
de la vida está en los refugios de las ilusiones.
El cerro escarlata, las cajas de pedrerías,
la marea alta de sus excavaciones, todo, sí,
como una impropia inquietud y los días
que no hacen parte del calendario. Entre
lozas y candelabros soplaba la mar tranquila
de su nombre en mis ojos, precioso regreso
de cosas que jamás pensé que fueran mías. Yue,
mi pequeña, en mis brazos, confidenciando
el relicario de sus locuras, entre orgasmos
y lágrimas, Los grandes amores entierran
sus privilegios temiendo la eternidad, me lo dijo
y sonrió, quizás no queriendo que le creyera.
VISIONES NUBLADAS
Las ciudades se rehacen en tus ojos,
algunas me cuentan un secreto mortal,
otros sudan mientras, en la cama
serpenteada, me siento en sus plazas,
tus calles destellan en cada ciudad –
travesuras en el arroyo, pecados en la capilla,
los espejos confesos –, tus sombras
agrandadas por el calor nocturno, y cuando
arrojas tu cuerpo sobre el mío, las ciudades
se ponen impulsivas por sus tanques urbanos
– joyas confiscadas en el puerto, saleros
de polvo, cartas sospechosas con sellos
falsificados –, los hogares piden refugio,
la luna crujiendo en el suelo del cielo.
MECEDORA
Deletreaba en mí cada punto
de la cicatriz del misterio, las cuentas
de un collar-serpiente con el que
recurría los senderos mojados
de un sueño que se repitió – cama
rocosa, lago volcánico, mineral
de asombro – todas las noches,
mientras las doblas de la sábana
formaban un atlas con los colores
de nuestros sudores y orgasmos
– la perla de los vientos, chimenea
iluminada a tiempo, tu cabello
cepillado –, un oráculo repentino
que nos diga al fin cuántas somos.
CÓMO TE ESCRIBÍ
He retirado mi alma del fondo de
una mina y me pongo con ella
a escribir algunos poemas, lejos
de cualquier adicción, apenas podía pensar
en ellos como algunas metáforas
hurgando en el sótano de la lengua –
la hazaña de besar, la tortilla
con la que me decías buenos días,
el reloj siempre adelantado –,
la forma salvaje en que nuestras lenguas
se rozaban entre sí e hicieron aparecer imágenes
que albergaban la interpretación
banal de la existencia – el esmalte
precipitado de tus uñas,
la sábana comprada ayer,
los pezones con sordina –, todo el tiempo.
FLORIANO MARTINS (Brasil). Poeta, ensayista, dramaturgo, traductor y editor. Dirige Agulha Revista de Cultura y ARC Edições, a través de las cuales ha publicado más de 100 libros de autores de diferentes países. Traductor de poetas como Aldo Pellegrini, César Moro, Enrique Molina, Jorge Luís Borges y Vicente Huidobro. Algunas publicaciones son: 120 noites de Eros (ensayos, 2020), Tríptico da agonia (teatro, a quatro mãos com Berta Lucía Estrada, 2021), y Las mujeres desaparecidas (2021)