
.Praecipitationes.
Barrio de la Chapelle pequeña Siberia
tiendas improvisadas en medio de las nieves
¡Desgracia! ¡desgracia! un profeta ¡desgracia!
Semi desnudo tambaleante barba hirsuta balbuceante
Terribles presagios y mucho tiempo
Un fauno me persigue por las calles
Cojo sesenta años parido con cuchillo
Usurpando mi bautismo y mi nombre
Que antaño en el horror de las provincias
se soñaba Rimbaud la inestable Providencia
Nos hace un día bascular fuera del mundo
y he aquí nosotros bajo las cenizas heladas
Hablando al cielo como san Francisco
Y en la embriaguez fomentando para sobrevivir
Una excéntrica compañía ese otro interior
Que hubiésemos podido ser fetos disecados ingeniero
O poeta bailando bajo la nieve locamente
Que despierta en su antro al niño y urde
en la dulzura del cuerpo vivo
El transido
.Tan pronto como se saborean esos frutos de miel…
Yo también hechizado por un encanto
He vivido otrora en las islas de loto
La razón cegada y los sentidos dilatados
La tierra de los geógrafos no es menos amable
Una gracia un enigma cien prodigios
En cada instante sembrados ante nuestros pasos
como en los álbumes que leíamos de niño
En Navidad en medio de las naranjas volcanes
Monstruos de las hierbas y de las aguas tribus
vestidas con pigmentos ¿Qué seríamos
sin lo desconocido que por doquier se muestra sin
La belleza que surge donde no imaginábamos?
¿He envejecido? No he abandonado las páginas
del Libro de las Maravillas recorriendo sin descanso
El mundo al azar en sueño y en acto
Y mejor que en el mar encantado por las sirenas
Cuarenta años en la tierra comprobable
Tambaleante de dicha como un gigante tuerto
desde las islas de líquenes hasta las ciudades de palmas
Empujando mi odisea
.Praecipitationes.
Quartier de la Chapelle petite Sibérie
Des tentes de fortune au milieu des neiges
Malheur ! malheur ! un prophète malheur !
Demi-nu chancelant barbe hirsute hoquetant
De terribles présages et longtemps
Un faune me poursuit dans les rues
Boiteux soixante ans accouché au couteau
Usurpant mon baptême et mon nom
Qui jadis dans l’horreur des provinces
Se rêvait en Rimbaud l’instable Providence
Nous fait un jour basculer hors du monde
Et nous voilà sous les cendres glacées
À parler au ciel comme saint François
Et dans l’ivresse fomenter pour survivre
Une fantasque compagnie cet autre en soi
Qu’on aurait pu être fœtus desséché ingénieur
Ou poète dansant sous la neige éperdument
Qui réveille dans son antre l’enfant et ourdit
Dans la douceur du corps vivant
Le transi
.Sitôt que l’on goûte à ces fruits de miel…
Moi aussi envoûté par un charme
J’ai vécu autrefois aux îles de lotus
La raison offusquée et les sens dilatés
La terre des géographes n’est pas moins aimable
Une grâce une énigme cent prodiges
À chaque instant semés devant nos pas
Comme aux albums qu’on lisait enfant
À Noël au milieu des oranges volcans
Monstres des herbes et des eaux tribus
Vêtues de pigments que serions-nous
Sans l’inconnu qui partout se montre sans
La beauté qui surgit où nous ne songions pas
Ai-je vieilli je n’ai pas quitté les pages
Du Livre des Merveilles courant sans relâche
Le monde au hasard en songe et en acte
Et mieux que sur la mer hantée par les sirènes
Quarante ans sur la terre vérifiable
Titubant de joie comme un géant borgne
Des îles de lichens jusqu’aux cités de palmes
Poussant mon odyssée
Extraído de Le voyage de Bougainville (El viaje de Bougainville), L’Amourier éditions, Coraraze, Francia, 2015. Traducción y presentación de Mariano Rolando Andrade.
Poeta, crítico e ingeniero, Gérard Cartier (Grenoble, 1949) ha construido desde 1978 (Le montreur d’images) una vasta obra literaria que abarca actualmente una docena de poemarios y dos libros en prosa. Ha recibido los premios Tristan-Tzara y Max-Jacob por Le désert et le monde (1997) y Méridien de Greenwich (2000), respectivamente. Traductor de Seamus Heaney, entre otros autores, Cartier es actualmente el coordinador de la revista literaria Secousse.
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