IN MEMÓRIAM, JAVIER GALARZA



LA ENVIADA

 

Esta es la canción de una adolescente

de la ciudad que renegando de todo

alcanzó la iluminación en un andén,

junto a las vías del tren de las afueras.

Pues vino al mundo otra mesías,

nacida en la tierra santa de Estonia,

un viejo dormía cerca de allí,

envuelto en hojas de diario,

y fue salvo en la contemplación de la niña.

Viajaba yo en el tren,

descreído y falto de fe,

cuando una joven metió su mano

en el bolsillo de mi sobretodo

y una navaja en mi costado.

«Quedate quieto» me dijo para enseñarme

el camino de la desposesión

Yo fui tocado, fui tocado y creí.

 

                                                                                                                                                                      ( de “Für Alina”)


 

LA MARIPOSA MUERTA

 

“Es la miseria lo que me impide darlo todo”,

predicó Alina como una pequeña loca de Asís.

“Si sabemos disolvernos,

podremos terminar

con la idea de un yo y de un otro”.

Y agregó:

“La gente aprende cosas como quien,

con precisión de entomólogo,

atraviesa a una mariposa

con un alfiler.

En cualquier cosa que entiendan

habrán perdido el vuelo”.

  ( de “Für Alina”)


 

DESTIEMPOS
 
Llego pronto a tu antes,
palpo los nunca de tu respiración agitada.
Cuando callás, algo silencia más allá de vos,
y cuando cerramos los ojos,
todo duerme en algún lugar.
Esto está hecho de gestos desesperados,
de destiempos, no tiene sujeción:
donde vos calculás, yo me deshago,
donde vos te mostrás, yo me desarmo.
Sos la regla que confirma la excepción,
lo espectral. Vivo en un no instante,
entre el ya no de tu partida y el aún no
de quien serás.

(de “Lo atenuado”)

 


FRAGMENTOS DE UN POEMA IMPOSIBLE

Para Alberto Galarza, en memoria

los ojos encendidos de una orfandad que hoy es la mía
padre estás volviendo a casa
padre estoy volviendo
padre qué nos has traído
de niño me asustaba pensarte solo y perdido
hoy que yo estoy
solo y perdido
quién soy padre rilkean heart san francisco
asís mismo tu hijo de corazón salvaje
debo nombrarte para aprender a perderte
debo nombrarte para aprender a ganarte
sigo buscando mis límites
qué nos cansamos de no decirnos
qué nos cansamos de no hablar
carga en tus brazos al niño que fui
yo sostengo ese cuerpo cansado
desde el hombre que hoy no está
cargo en mis brazos al niño que fuiste
en quién hablo cuando callas
padre color de ojos indescifrable
(de “El silencio continente”)


ARDER (II)
ardo
padre no ves
que ardo?
ves—
la ves a ella
no la ves
estoy
prendido fuego
encendido
recaliente
como si dijera
como si
intentara como
si pudiera
preguntar/le:
cómo tocarte
con manos
de este mundo.
* Freud analiza un sueño donde un hombre, velando el cadáver de su hijo, sueña que el cuerpo se incendia con las velas y el chico se le presenta preguntándole: ¿padre, no ves que ardo?
                                                                                                        (de “Refracción”)

ESTADOS DE EXTRAÑEZA

 

La memoria posee cierta cualidad espectral

donde el mundo conocido

amenaza con deshacerse

y trastabilla la identidad en cuestión.

La etimología de ‘persona’

es ‘máscara usada por un personaje teatral’,

la palabra fascinó a Ezra Pound,

quien tituló ‘Personae’ (1926)

su compilación de poemas breves.

Algunos dicen que ‘persona’

significa ‘resonar a través de una máscara’

y en tal caso la voz tendría prioridad

en el origen de esta palabra.

‘Sujeto’ suele contraponerse a ‘objeto’.

Pero la poesía altera la gramática,

a veces tiembla el sujeto del enunciado

o tropieza quien habla en la enunciación

como si el proceso de despersonalizarse

implicara una tormenta de nieve.

La memoria entonces es esa huella imprecisa

que se crea al no retornar.

Ser escrito o pensado o dicho

o una mariposa que se sueña Zhiangzu,

algo agazapado entre ‘los monstruos de la razón’.

¿Qué recuerdos nos sostienen?

Aquel camino de subida en el invierno de Trondheim.

Los colores de esa tarde robados a un cuadro

de Caspar David Friedrich.

Pero la memoria tiene cuartos que se deshacen

habitaciones como las del hotel que dejamos.

¿Te acordás?

Éramos nosotros los que bajábamos

corriendo de aquel monte nevado.

No, creo que no era un monte.

No, no estaba nevando.

No, no corríamos tanto.

No. No éramos nosotros.

                                                                                                                       

                                                                                                                                         (de “Chanson Babel”)

 


(UN SUSURRO EN LA MANSIÓN DEL SILENCIO)

guarecer un secreto. guardarlo y resguardarlo. mantenerlo
como un susurro en la mansión del silencio.

abrevar allí donde resiste lo no dicho, lo impronunciable.
resguardar también al equívoco como posibilidad.

ese espacio nos interpela desde lo que se retira.
está allí y no. es la pregunta. tal vez la poesía misma.

ese resto de misterio.

cuando eso que se retira nos da un nombre.
eso mismo que se va nos funda. nos dice.

al partir.

                                                                                                                                                                                                                                                                                    (de”Reversión”)



Javier Galarza, nació en 1968 en Buenos Aires. Publicó los libros “El silencio continente” (2008), “Reversión” (2010, Tropofonia, Belo Horizonte), “refracción” (añosluz, 2012), “Cuerpos textualizados” (Letra Viva, 2014, en coautoría con Natalia Litvinova), “Lo atenuado” (audisea, 2014), “Chanson Babel” (Buenos Aires Poetry, 2017), “La noche sagrada” (audisea, 2017), “Für Alina” (Ediciones en Danza, 2018), “La perfecta desnudez”, (Letra Viva, 2018, en coautoría con Leonardo Leibson y María Magdalena) y participó con sus notas de la edición de “H.D –Qué son las islas”, (Llantén, 2018, traducciones de Tom Maver) “La religión Hölderlin”, publicado por la editorial Llantén 2022.                                                                                       

Como profesor asociado de la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino, Desde 2003, el autor se desempeñaba como profesor asociado de la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino donde daba cursos sobre Hölderlin, Rilke y Paul Celan. Se dedicaba a la enseñanza y a la investigación literaria y había escrito notas y ensayos sobre Alejandra Pizarnik y Osip Mandelstam, entre otros. Actualmente estaba escribiendo un texto sobre Antonin Artaud.
 
Comparto una pequeña muestra de sus poemas, de su luminosidad  profunda y dedicada fuerza poética.
A Javier Galarza lo fuí reconociendo en el silencio de una alumna,  sus lecturas, y sus mensajes amables y detallados dieron siempre calidez  a unos años de cambios y apuestas por seguir escribiendo. En su taller junto a la  también querida poeta Natalia Litvinova, mi libro “Círculo de los ojos tristes tomó forma y camino. 
Javier, falleció el pasado 26 de julio, sus poemas y su persona en el recuerdo de todas y todos siguen el pálpito sublime de la vida.
En gratitud, in memóriam al poeta y maestro.
“Tengamos en cuenta que, en tanto estamos prometidos a la muerte, cosa que no es mayor problema, cualquier curación será momentánea. Entonces puedo afirmar que la escritura produce movimientos. (…) Sé que los pactos con la palabra producen nuevos emplazamientos y esto tiene incidencia en lo social. Y me permito una vuelta, no sin algo de misticismo, a esta pregunta. ¿La escritura salva? Porque yo busco mi redención, ‘karma police’, aun si no es posible. Quiero escribir mis imposibilidades con furia y deseo y un poco de amor en este mundo”
Javier Galarza
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