LA MANO ACERADA PRECEDE AL GESTO | KIRA KARIAKIN


Soy lenta y atmosférica
una tortuga cubierta de horas
un zamuro satelital

en esta naturaleza
mi mirada es suspensiva
y llevo tierrilla de rincón oscuro
en los bolsillos

me viste la tela
de una araña resabiada y torpe
el cuerpo se rinde en el pasto
espeso a todo

blanda y onerosa
pendular     anacrónica

soy persona
de armas y gentileza
en mi corazón no anida
la indiferencia

allí mato o cobijo


Estaré perdida en estas islas
andaré al paso de los zombis
sin destino
sin preguntas
la mirada estará encerrada
en la falta de una promesa

no habrá tibieza
no tendré confort ni lágrimas
la piel agrietada dejará huir todos los espectros
no me miraré en el espejo
los libros quedarán donde los dejé
las flores huirán del camino
no habrá caracol nocturno
ni aves agitadas ante él
la luna seguirá iluminando su desprecio

nada será
lo que quede


Ese nombre
entra en desinencia en mi oído
en el labio se esconde vapor de susurro

yo quiero esa ala de mariposa
la pondré en un guardapelo y será mi misterio

la brisa aguarda contenida en pudor

               yo sé de la cosa amable
               yo sé de mirar la cascada

no necesito recordatorios
para este corazón de madera
ni oración para ennoblecer la sangre

espero los vestigios
               para renunciar a la orfandad de estas huellas
espero la cal
               para la casa blanca

en el jardín todo está en calma
respiro asteroides ante una estatua
carente de batallas

no quiero la sal de la arena
mi cuerpo se engarza a la trinitaria púrpura
y se despide

el labio se quiebra
del oído ese nombre sale roto

abandono el rastro
padezco a ratos la carne
de los pies sangrantes

la mano acerada precede al gesto
me interrogo
y no sirve


Son pocos los días
que nos salvan del desencanto
incluso los de cielo perfecto
en este valle preciso de hoy
la belleza es una aspiración fútil
la serenidad está destinada al fracaso

teníamos un acuerdo tácito
era farsa para incautos
amabilidad degradada
               sobre la lasitud de lo inevitable

comida para aves de rapiña
anidadas en la decepción
y la ofensa sin equivocaciones


Las palabras una a una
gotas de remedio aniquilante
desaparecen en la sangre
contenida

ya no sé si es la mudez lo que me asalta
si mi voz es pequeña
para el canto que me ronda

la noche carga lenta sus resabios
y no tiene nombre


KIRA KARIAKIN (Caracas, 1966) es comunicadora social, editora y escritora. Ha publicado Nuevos arbitrios (Taller editorial El pez soluble, 2011), En medio del blanco (OT editores, 2014) y El sol de la ceguera (OT editores, 2020). Fue co-antologuista de Cien mujeres contra la violencia de género (Fundavag, 2015), 102 poetas Jamming poético (OT editores, 2015), El puente es la palabra. Antología de poetas venezolanos en la diáspora (Cáritas Venezuela, 2019). Poemas suyos han sido traducidos al gallego, alemán, francés, inglés y ruso. Lleva el blog k-minos.com. Tw: @kirakar IG: @kirakariakin


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