
Extraído de Georges RODENBACH, Les vies encloses, Eugène Fasquelle Éditeur, París, 1896. Traducción y presentación Mariano Rolando Andrade.
Perdido en los laberintos del espíritu fin du siécle, Georges Rodenbach (1855-1898) se resiste a ser olvidado. El poeta y novelista belga asoma con una rosa en la mano en el monumento funerario de su tumba del cementerio parisino de Père-Lachaise, una poderosa imagen de esa voluntad. Rodenbach es conocido sobre todo por su novela Bruges-la-Morte (Brujas la muerta), que tiene como personaje principal a la ciudad flamenca y le dio una fama inmediata en el momento de su publicación en 1892. Esta obra maestra del simbolismo se enmarca en una fecunda producción comprimida en poco más de una década y que incluye ocho poemarios. Comienza en 1877 con Le Foyer et les Champs (El hogar y los campos) y se cierra en vida del autor en 1898 con Le Miroir du ciel natal (El espejo del cielo natal), al que siguen algunas ediciones póstumas de inéditos. Les vies encloses (Las vidas recluidas), dividido en ocho poemas y publicado en 1896, está inspirado en el ocultismo, el romanticismo alemán y las obras de Baudelaire y Mallarmé.