A LA MANERA DE CIERTO POUND | EDUARDO LIZALDE


A LA MANERA DE CIERTO POUND

Si yo pudiera decir todo esto en un poema,
si pudiera decirlo, si de verdad pudiera,
si decirlo pudiera,
si tuviera el poder de decirlo.
¡qué poema, Señor!
¿Quién te lo impide, muchachito?
Anda: desnúdate, para qué más remilgos,
qué clase de hipocritón gomoso quieres ser,
lanza la rima y la moral al inodoro,
anda, circula.
¡qué gran poema!
¡qué poemota sería!
Si pudiera, siquiera, si pudiera
poner la letra primera,
lazar como a una vaca ese primer concepto, si pudiera empezarlo,
si alcanzara, malditos,
cuando menos, a tomar la pluma
¡qué poema!


BELLÍSIMA

Y si uno de esos ángeles
me estrechara de pronto sobre su corazón,
yo sucumbiría ahogado por su existencia
más poderosa.
Rilke, de nuevo

 

Óigame usted, bellísima,
no soporto su amor.
Míreme, observe de qué modo
su amor daña y destruye.
Si fuera usted un poco menos bella,
si tuviera un defecto en algún sitio,
un dedo mutilado y evidente,
alguna cosa ríspida en la voz,
una pequeña cicatriz junto a esos labios
de fruta en movimiento,
una peca en el alma,
una mala pincelada imperceptible
en la sonrisa…
yo podría tolerarla.

Pero su cruel belleza es implacable,
bellísima;
no hay una fronda de reposo
para su hiriente luz
de estrella en permanente fuga
y desespera comprender
que aún la mutilación la haría más bella,
como a ciertas estatuas.


TORTUGA

Para Enrique David y su mascota

Otro pequeño monstruo
de enternecedora mansedumbre.
Durante meses inmóvil en su escasa pileta
purga alguna condena decretada dos mil siglos atrás
contra voraces parientes del aire y de la tierra.
Mira pasar milenios de su especie
desde el alféizar óseo de su caparazón
—casa, cárcel, camisa y artefacto;
una caja de laúd construida para el silencio
por torturadores enfermos y expeditos.

Me pregunto si bastan para su alimento
esas migajas, ese mísero trozo de lechuga
que le arrojan a veces.
Me pregunto si sufre, sumergida en la eterna,
en la pasmosa mudez que la rodea.
Un puño verdinegro de dolor,
gorda llaga viviente
del más inerme y lento de los seres del mundo.
A lo mejor un alma que agitada transita
por ese corpachón deforme,
un moretón desordenado
por el poderoso, combo silencio de su aullido.

Angustioso misterio.
Una tierna criatura ahí atrapada
como un niño de pecho sordomudo
que un mal desconocido rompe por dentro.
No lo sabemos.
La vieja solitaria, inmóvil e inmortal,
sólo desova, sin razón y a destiempo
—como apercibida para soportar veinte mil años
el cepo que la envuelve—,
grandes huevos estériles,
su único lenguaje,
un simple signo de vida imaginaria,
de mortal consistencia,
de orgánica tarea.


DILEMA DEL GATO

Es posible el caso de un gato deforme
que haya nacido con cinco colas…
Justus Hartnach

Yo he tenido tres gatos,
todos con cuatro patas y una elegante cola.

Ésa parece a cualquiera
la lógica del mundo.
No existe más: no hay otro género de gatos,
de lógica felina.

Y sólo el necio se preguntaría:
¿por qué no han de tener tres patas y tres colas
mis tres gatos?
¿no sería ésa una composición más lógica del mundo?
¿por qué no ser un gato de cuatro colas
y una pata exclusiva, una garza de colas?
Sólo el sonriente Wittgenstein lo toma en serio
y dice:
el gato tiene su forma,
su naturaleza,
sus propiedades internas,
pero podría haber, digo, podría,
tres gatos de tres patas y tres colas
y nueve gatos
de nueve ojos astutos,
estrábicos de 4 y 5, 9 y 7,
de nueve uñas cortantes / y nueve colas
—como hay látigos.
Podría.
La lógica del mundo es sólo
una ordenadamente hermosa / terquísima visión.

Y yo conozco gente más compleja
que todos esos gatos.

6.12**

Una aberrante tautología del ser.
Sólo a esta inútil criatura,
a esta insensata fiera se le ocurre pensar,
tener su lógica, su diccionario,
su weltanshauung, su ducha,
su cepillo de dientes, sus calzones,
su mundo en pocos términos.
Es bueno este progreso del hombre para el hombre.
Esta cultura humana de la humanidad,
este arte del artista.
Es bueno el hombre por ser hombre.
Debemos resignarnos a la sinrazón:
toda especie preserva la vida de sus vástagos
—o la destruye—
con base en algo siempre, tautológicamente,
huérfano de razón.
Hombre es el hombre.


Eduardo Lizalde Chávez (Ciudad de México14 de julio de 192925 de mayo de 2022)1​ fue un escritorpoeta y académico mexicano. https://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_Lizalde


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