LYNDA TAVAKOLI | LAS HISTORIAS MUDAN SUS PIELES


KISSED
I am fifteen,
smoking in a hay barn
with a boy I hardly know,
the day stretched behind us,
the fall of evening
passing shadows through gaps
in corrugated tin.

It is madness,
this risk too far,
as I taste the smoke-spill
on his mouth and wonder
at the old man’s dog
outside on the concrete,
untroubled by the fading light.


BESADA
Tengo quince,
fumo en un granero de heno
con un chico que apenas conozco.
El día se alarga detrás de nosotros,
la caída de la tarde filtra
las sombras a través de los huecos
del acero corrugado.

Voy demasiado lejos,
es una locura este riesgo.
Mientras paladeo el humo
derramado de su boca, me pregunto
por el perro del anciano que
yace afuera, sobre el concreto,
imperturbable ante el desmayo de la luz.


PIANO LESSONS
This small room, its bay window hunched
from long years of partiality
to traffic noise outside – my sibling sits at a piano.

Hers are the hands I covet, those fingers
air-kissing the keys, that finely knuckled bridge
so effortlessly poised to play.

She goes first, being older and better to please
our teacher before the stumpy hammerings
of my own octaveless stretch.

Always on the table, while I wait,
an encyclopaedia, innards long succumbed
to seepages of wayward scales and dubious melodies.

I know the page, monochrome, edges sepia-singed with age,
and here they are – ribbon, forked, staccato, bead, sheet –
imageries of sizzling electricity,

better than any piano lessons
or teachings in the rooms of my growing up.
Wonders unforced – lightning strikes to my reluctant tutelage.


CLASES DE PIANO
Esta pequeña habitación, su ventanal encorvado
por largos años de bullicioso
tráfico afuera. Mi hermana se sienta frente al piano.

Suyas son las manos que anhelo, esos dedos
que saben al aire las teclas, ese puente anudado
con fineza, tan sin esfuerzo, listos para tocar.

Ella va primero, por ser mayor y mejor para complacer
a nuestro maestro antes de los graves martillazos
de mi propia escala sin octava.

Siempre en la mesa, mientras espero,
una enciclopedia, sus entrañas hace tiempo colapsadas
por las filtraciones de caprichosas escalas y dudosas melodías.

Conozco la página, monocromática, con los bordes en sepia, marchitos
por el tiempo, y aquí están: cinta, bifurcación, staccato, cuenta, hoja;
imágenes de electricidad que chisporrotean

mejor que cualquier lección de piano
o enseñanzas en las habitaciones de mi crecimiento.
Maravillas no forzadas. Relámpagos que golpean mi custodia renuente.


FOR FRIENDS
Light comes early in the Middle East –
arms stretched out like a hug,
sunbeams swallowing the waned
darkness of the night before.

I am alone here in this beauty,
standing by a window thinking of you,
feeling the distance of your friendship
in the sun’s embrace.

But soon this warmth that touches me
will find you too and all will be well,
for the light sustains, knowing
it can always find its way back home.


PARA AMIGOS
La luz llega temprano en el Medio Oriente:
Los brazos extendidos como en un abrazo,
rayos de sol que se tragan la menguante
oscuridad de la noche anterior.

Estoy sola en esta belleza,
de pie, junto a la ventana, pensando en ustedes,
sintiendo la distancia de tu amistad
en el abrazo del sol.

Pero pronto este calor que me abraza
te encontrará igual y todo estará bien,
porque la luz sostiene y sabe que
siempre puede hallar el camino de regreso a casa.


A WEIGHT OF DUST
She perches on our parents’ bed
dusting words from books,
when she should be dusting.
Green eyes flit saccades across pages,
hoarding books on shelves
in the attic of her brain,
while ornaments hold court
to words that leak their meanings
through the movement of her lips.

Years later I would wonder at
the weight of knowledge
magicked from my sister’s weekly chore,
remembering only the emergence
of her Sunday smile
and those dusty rooms where
stories shed their skins in settled particles
on listening window sills.


EL PESO DEL POLVO
Ella se posa en la cama de nuestros padres
removiendo el polvo a las palabras de los libros
cuando debería limpiarles el polvo.
Los ojos verdes recorren las páginas con rápidos movimientos,
acumulando libros en los estantes
del ático de su cerebro,
mientras que los adornos cortejan
a las palabras que filtran sus significados
a través del movimiento de sus labios.

Años más tarde, me preguntaría por
el peso del mágico conocimiento
de la tarea semanal de mi hermana,
recordando sólo la aparición
de su sonrisa de domingo
y aquellas polvorientas habitaciones donde
las historias mudan sus pieles en
fijas partículas ante los alféizares
de las ventanas que escuchan.

Versión al español: María Del Castillo Sucerquia


LYNDA TAVAKOLI (Irlanda del Norte). Poeta, novelista y periodista independiente. Ha facilitado clases de escritura creativa durante muchos años y trabajó como tutora para los premios Seamus Heaney Awards en las escuelas. Sus textos han sido publicados en numerosas revistas y antologías de poesía en Reino Unido, Irlanda, Estados Unidos y Oriente Medio. Es escritora colaboradora de The Belfast Telegraph, Central Bylines y Slugger O’Toole, y su poesía y prosa se han transmitido en BBC Radio y RTE. Ha ganado premios de poesía y cuentos en Listowel, entre ellos, el Premio Internacional de Poesía Westival, el Concurso Internacional de Poesía Blackwater y el Concurso de Poesía Roscommon. Sus poemas han sido publicados en The Irish Time, y traducidos al farsi y al español. Su primer poemario The Boiling Point for Jam (Arlen House), ha recibido grandes elogios por su cruda honestidad y autenticidad. Así dijo en The Poetry Foundation: “El poder viene al permitir que tu atención se aferre a los objetos comunes y corrientes, sabiendo cómo la mente puede caer en ellos”.


 

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