
Mientras te escucho…
Mientras te escucho,
el reflejo de una vela
tiembla en el espejo
como una llama trenzada
en agua.
Esta voz, también, ¿no es el eco
de otra, más real?
¿ Va él a escucharla, él que se debate
entre las manos siempre demasiado lentas
del verdugo?
¿La oiré yo?
Si alguna vez hablan por encima de nosotros
entre los árboles constelados de su abril.
El ignorante
Cuanto más envejezco, más crezco en ignorancia,
cuanto más he vivido, menos poseo y menos reino.
Todo lo que tengo es un espacio alternativamente
nevado o brillante, pero nunca habitado.
¿Dónde está el dador, el guía, el guardián?
Permanezco en mi cuarto y de momento me callo
(el silencio, como un sirviente, viene a poner un poco de orden),
y espero a que las mentiras se aparten una a una:
¿qué queda? ¿Qué le queda a quien muere
que le impide morir? ¿Qué fuerza
le hace hablar aún entre sus cuatro paredes?
La voz
¿Quién canta ahí cuando toda voz se calla? ¿Quién canta
con esta voz sorda y pura un canto tan bello?
¿Será fuera de la ciudad, en Robinson, en un
jardín cubierto de nieve? ¿O es ahí, muy cerca,
alguien que no sospechaba que se le escuchase?
No nos impacientemos por saberlo,
pues no de otro modo precede al día
el pájaro invisible. Tan sólo permanezcamos
en silencio. Una voz sube y, como un viento de marzo
restituye su fuerza a los bosques cansados, nos llega
sin lágrimas, más bien sonriendo ante la muerte.
¿Quién cantaba ahí cuando se apagó nuestra lámpara?
Nadie lo sabe. Pero sólo puede oír el corazón
que no busca posesión ni victoria.
Versión de Rafael-José Díaz
Philippe Jaccottet, poeta y traductor nacido en Moudon, Suiza, el 30 de junio de 1925. Jaccottet ha hecho traducciones al francés muy reconocidas, sobre todo del alemán, pero también del italiano, español, ruso y griego; tradujo a clásicos alemanes como Goethe o Friedrich Hölderlin, y a escritores del siglo XX como Mann, Rilke, así como la obra completa de Musil, de quien es un gran especialista. Y asimismo ha traducido obras de Leopardi, y de Ungaretti o Carlo Cassola. A ello se añade una versión del poeta ruso Mandelstam, otra de Góngora, y la Odisea de Homero. En 2010 recibio el Gran Prix Schiller. Es uno de los pocos escritores que han sido recopilados en vida por La Pléiade: OEuvres, 2014.