
Si yo fuera un libro, sería poroso y tendría agujeros. Sus habituales coordenadas, como interior y exterior, quedarían liberadas. La gravedad y la antigravedad se convertirían en factores de mi ser-libro. Propondría al lector que leyera en todas las dimensiones, y esperaría que no olvidara inspirar profundamente y que dejara que las palabras circularan de su cabeza a sus pies, echando raíces en su cuerpo.
Olafur Eliasson
Und was ist Berlin für mich? Und für dich? Kann ich die Anwort weißen? ¿En algún momento hubiera deseado escribir este poema en alemán? Puede ser, pero toda la energía del mundo desborda su propia palabra. Oda a Berlín se escribió desde mi propio cuerpo, desde el verbo que lo expresa: alemán o lengua castellana, en realidad he buscado asirme al grito de un pequeño destello. Nunca sabré bien por qué fue Berlín Stadt el destino de mi corazón en aquellos meses tumultuosos del íntimo soñar. Tal vez le debo a Desnos, con quien todo este poema empezó, una larga evocación en una futura novela. Tal vez se lo deba a usted, mein Herr lector, en una próxima estación, cuando los U-Bahn de la gnosis nos revelen la alegría.