
SIRENAS DE CUARZO; EL LUGAR PRIVILEGIADO PARA LECTORES QUE GUSTAN DE LEER POESÍA FRESCA
Por Adriana Tafoya
“Siempre es bueno llevar un libro de poesía; es de buena suerte guardar el alma de un loco en el bolsillo”, este es el postulado de Araceli Amador, para nosotros sus lectores. Y a partir del mismo, construye un poemario que se transforma en tablilla de cuarzo, donde la novel escritora, acertadamente sigue “el canto de las sirenas” y, gracias a él, toma la importante decisión de adueñarse del mundo íntimo, garrapatearlo y entregarnos esta ópera prima; mineral tomado de la caverna subterránea donde se gestan las ideas.
Este libro, – a través de sus audaces sentencias, de imágenes en su mayoría urbanas, de versos frescos, pasionales, plenos de ingenioso sarcasmo y crítica social-, logra transportarnos al sino lírico, resguardado en Sirenas de cuarzo; el lugar privilegiado, donde por supuesto, somos bienvenidos.
Espero esta selección poética sea de su agrado:
FANTASMA DE A PESO
Siempre es bueno llevar un libro de poesía;
es de buena suerte
guardar el alma de un loco en el bolsillo
cuando subes a la pesera.
Una vez subió mi maestra de letras
saqué mi poemario y lo leí.
Prefería leer a un incomprensible.
Evité saludar a una indeseable
que me privó de meses de literatura
por sus malas clases.
Hoy en la mañana me senté
al lado de mi psicóloga
en la combi;
Enriqueta Ochoa me salvó esta vez.
La mujer tampoco quería verme.
Soy su trabajo frustrado.
Entonces, leí sin leer.
Leí tanto que no llegué a mi destino.
Me subí
a otro camión
y seguí leyendo.
EL DISFRAZ DEL REY
Si te quito el revestido manto de mi poesía
sólo queda un añejo hombre.
LIBROS MUERTOS
Quisiera leer los libros que rompí
coger las páginas y unirlas con saliva
pegarlas a mi cuerpo con engrudo
hacerme una piñata
partirme en los colores.
Quisiera leer los libros que rompí
la tarde cuando mi padrastro
dejó a mamá tumbada en la cama
con el rostro hecho un grito.
Quisiera leer los libros que rompí
el día que él tocó mis piernas,
mi madre me golpeó
con el palo de la escoba por provocarlo.
Quisiera leer los libros que rompí
cuando juré no amar a un hombre
porque traían desgracia.
Quisiera leer los libros que rompí;
los de geishas, putas, güilas,
mamá decía que yo era eso.
Quisiera leer los libros que rompí;
los que me regaló Javier
cuando supo que era escritora
y me faltó al respeto.
Araceli Amador Vázquez (CDMX, 2000).
Ha participado en el Encuentro de Talleres de Creación Literaria del CCH, ediciones XVII Y XVIII, y publicado en la X antología de alumnos del CCH (2019) y IX antología de alumnos del CCH (2016). El mismo año obtuvo el segundo lugar en la categoría de Cuento en el ”Quinto Concurso de Lectura de Poesía y Cuento” que se llevó a cabo en el Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Azcapotzalco, donde asistió al “Taller de creación literaria” (2015-2018) y estudió el bachillerato. Concluyó satisfactoriamente el taller de novela “Breves incendios inextinguibles” (2018), en la Universidad del Claustro de Sor Juana y el taller de cuento “Escritos por Nuestra Sombra” (2019).
Poemas suyos aparecen en las revistas; Punto de Partida No. 207, Verso Destierro, Revista Cultural Mood Magazine y en los periódicos Paréntesisplus y Exilio. Actualmente es miembro de los talleres de “Poesía para volar” impartido por Cultura UNAM y “La pluma crece en la palma de la mano” del Centro Cultural Futurama. Ha colaborado en las antologías Campanas del Brezo, Editorial Ave Azul y Viejas Brujas III; Memorias futuras, Aquelarre Editoras (2021).
Estudia en la Facultad de Derecho en la UNAM.
Sirenas de cuarzo; el lugar privilegiado, (Verso Destierro, 2021).