
Primero los tigres acechaban nuestros ranchos
pero vinieron monstruos insaciables a tragarse el río
a pedirnos estrellas
tuvimos miedo de que una chispa de luz nos delatara
–asomándose como un rabo–
huimos a oscuras y a oscuras seguimos las rayas
y encontramos
lecho…
Solo los refugiados en la casa del tigre nos salvamos
Es mejor convivir con tigres
están como deidades por encima de los hombres
En el principio los ovejos y los burros tenían sus manantiales
pero llegaron invasores a explotar las rocas
y el aire intoxicado despellejó
a ríos y a nativos
Dios fue mejor cuando era tigre
II
Volvimos como tigres
a ocupar las casas y
a custodiar el monte que creció sobre la sangre regada
A recordar una historia
que se borra apenas se cuenta
un pájaro de origami
que se desbarata al tocar el aire
de la boca