
De Nosferatu
el vampiro vuela en círculos perfectos
alrededor del objeto del deseo
noche tras noche
devoto
para volver a la herida
y lamer el flujo constante
el asesinato
como una de las bellas artes
escapa a su comprensión
devoradora
De Nosferatu
el vampiro existe
a pesar de sí
en el envés del espejo que lo niega
y la estaca de madera en el pecho
en el vaho de la amada
o el camafeo que guarda la foto
intacta en la muerte
y ahí
en el silencio
hijo de las sombras
el vampiro se lamenta de cosas vanas:
la falta de sirvientes
la piel seca y el mal aliento
las corrientes de aire frío
la inmortalidad
De Everlast
[1]
Uppercut:
[…al finalizar este poema se romperá en pedazos…]
Dios dice mi nombre
aunque yo no lo escuche
mientras lanza un golpe a la barbilla y en el fondo de la cabeza
secretamente todo se ilumina
miles de millones de estrellas se encienden al unísono
doblo las rodillas y hago una oración
que Dios no escucha
por el ruido de la ciudad
antes nada importa
el camerino de la infancia
las reglas del dolor
el mundo desde las butacas
digo tu nombre y marco en el piso
una línea por cada golpe
amar con los ojos cerrados es mirar a Dios en todas las cosas
bendecir al mundo
con las caderas bajas
mientras los cuerpos giran bajo un solo eje
un relámpago o una bestia
que nos acecha desde las sombras.
Amar con los ojos abiertos es una locura
por eso escribo
para que Dios no tenga la última palabra
antes nada existe
De Everlast
[8]
no olvides dispersar el ungüento en el cuerpo
mete la cabeza
sal
enfríate un poco
miente a cada paso
la verdad es una cuchilla suficientemente afilada
que puede cortar otra cuchilla
y
que abre la ceja
cierra el ojo izquierdo
mientras Dios golpea el costal del hijo del hombre
del lado corazón
lo demás es materia oscura que raya las pupilas
en cuenco de ceniza blanca
lavas tus manos
una
y
otra
vez más
cerrando el ciclo
igual que un disco de vinil rayado
De Bisonte
1.
Nunca fui a Las Vegas
ni ví las fuentes del hotel Bellagio en medio del desierto de Mojave
o esa suerte de horizonte de eventos
donde conviven Venecia, Nueva York y París
pero de los tres viajes que mis padres hicieron
recuerdo la Freemont Street iluminada por 2.5 millones de luces led
los casinos donde el aire es rico en oxígeno
y el clima ideal para no dormir
un turista promedio puede sobrevivir sin tomar agua
o comer durante días
en espera de la segunda oportunidad
el canto de sirenas del gran premio
y salir en limosina a su nueva vida
y sí uno cae, quebrado, sobre la alfombra roja
los demás turistas pueden seguir jugando
sin mirarlo agonizar
ni pensar en ponerse a salvo ellos mismos
porque lo que muere ahí, ahí se queda.
Los primeros turistas en Nevada fueron de la tribu anazani
que 3,000 años atrás dejo sus cuentas
de vivos y muertos en las rojas piedras del Valley of Fire
a 88 kilómetros al noreste de Las Vegas
adonde puedes ir en una lujosa SUV con aire acondicionado
a 10 dólares por vehículo
y abre todos los días de 8:30 a 16:00 horas.
Ellos nunca vieron Las Vegas
ni escucharon de la esfinge ningún enigma
fue la muerte lo que ganaron en el blackjack.
Yo recibí una moneda de madera
con la silueta del estado de Nevada
y al reverso un bisonte:
tótem de un dios extranjero
monstruoso para un niño
la moneda inútil en mis manos
era un agujero negro más humilde que The Strip
y veía en ella al mayor mamífero del Nuevo Mundo
su cabeza peluda resistiendo las ventiscas heladas
rumiando en mi palma una tristeza de siglos
y ni él ni yo sabíamos que nunca veríamos Las Vegas.
Rafael Galeana Acevedo, 1971. Guadalajara, México. Poeta, periodista y promotor cultural. Es Lic. en Administración de empresas con Especialidad en Alta dirección, curso tres años de la Lic. de Letras Hispánicas en la UNAM. Cofundador el año 2000 de La nave de los locos en el Estado de México, grupo dedicado al estudio, creación y difusión del arte en la zona oriente del Estado de México con sede en Texcoco. Primer lugar en los Juegos Florares de San Juan del Río, Querétaro. Autor de Tierra de salamandras (Galeana Acevedo, Rafael, Tierra de Salamandras. Mantis Editores, Jalisco, 2003) y la plaquette Danza de la luz la sombra, (Galeana Acevedo, Rafael, Danza de la luz la sombra, Gobierno de San Juan del Río, Querétaro, 1997). Incluido en la antología Anuario de poesía Mexicana 2006 (López Colomé , Pura, Anuario de poesía mexicana 2006. Fondo de cultura económica, 2007). Conduce el programa de entrevistas Café Literario, Lectura de Poesía donde semanalmente entrevista poetas. Imparte cursos y talleres de literatura y escritura creativa y coordina Lunática Cine Club. Es miembro de Poetas sin fronteras y coordinador del taller de escritura creativa de la Agrupación para las Bellas Artes A. C.