ROÇA BARROCA | JOSELY VIANNA BAPTISTA

Josely Vianna Baptista

CORTEJO NOTURNO

trouxe na lua crescente
uma canastra de peixes
(as guelras membranas baças
de romãs despedaçadas)

nos lampejos da minguante
um puçá de caranguejos:
tanino do mangue-bravo
fez o azul das carapaças

das fasquias de taquara
fisgou argolas de palha;
as plumas de maguari
transbordando das cabaças

no cesto da lua nova
frutos roxos de figueira,
gavelas, paveias, feixes
para o leito sobre a areia


ROÇA BARROCA

As almas são visíveis em forma de sombras.
Da religião Guarani, via Schaden

viu o primeiro sol
depois do inverno
desembrulhar, folho por
folho, os rebentos

em cada greta
e grumo
do terreno
foi descobrindo
grelos
e vergônteas,
ocelos verdes
e outros
arremedos

no alfobre
farto de bolor
e mofo,
sobre os sulcos
cheios
de refolhos
– em cada covo
um eco de silêncio,
a própria sombra
um paroxismo
de roxos


GUIRÁ ÑANDU

Para Teodoro
(sob a Constelação da Ema, cujas penas são
desenhadas por claro-escuros da Via Láctea)

pode que a noite
hoje
se furte a amanhecer
a terra desmorone
nos bordos do poente
e outra vez o sol
como antes
não desponte

em busca de outro sol
pode alguém se perder
abandonando o humano
para encontrar seu deus
– o mesmo que ao nascer
deu-lhe um nome secreto
de sua divindade
perfeito e repleto

pode que na viagem
no trajeto disperso
um homem adivinhe
a vereda possível
sem fim, de sol a sol
até que a fome e a febre
o êxtase à flor da pele
a intempérie, a prece
a dança em excesso
transportem o corpo adverso
e o espírito pulse
e respire
e confronte
o mar que o separa
da terra indestrutível

quem sabe o paraíso
que descrevem os antigos
não esteja além do vasto
nevoeiro e sargaço
mas no árduo percurso
vencido passo a passo
sem bússola ou mapa do céu
em pergaminho

talvez além do zênite
que ofusca o caminho
deixando um invisível
roteiro para os olhos
que enfrentam o escuro
entre os dois
crepúsculos


MORADAS NÔMADES

carunchos e cupins roem,
vorazes, a choupana de ripas;
pendem do esteio ramos de trigo,
feito amuleto para celeiros cheios;
tachos esfarelam crostas de grãos moídos
e redes balançam seus esgarços,
perto do chão onde uma nódoa preta
mostra o antigo fogo

tudo abandono, e, no entanto,
lá fora o pomar semeado
para os que agora cruzam
(trouxas vazias), um
por um, os onze mil
guapuruvus


CORTEJO NOCTURNO

traje en la luna creciente
una canasta con peces
(las agallas membranas pálidas
de granadas despedazadas)

en los relámpagos de la menguante
una red de cangrejos:
el tanino del mangle bravo
hizo el azul de los caparazones

con las estacas de tacuara
fisgó argollas de paja;
las plumas de maguari
desbordando las calabazas

en el cesto de la luna nueva
frutos violáceos de higuera,
gavillas, manojos, haces
para el lecho sobre la arena


ROZA BARROCA

Las almas son visibles en forma de sombras.
De la religión Guaraní, vía Schaden

vio el primer sol
después del invierno
desenmarañar, follaje
a follaje, los retoños

en cada grieta
y grumo
del terreno
fue descubriendo
yemas
y renovales,
ocelos verdes
y otros
remedos

en el vivero
harto de verdín
y moho,
sobre los surcos
llenos
de retoños
—en cada hoyo
un eco de silencio,
la propia sombra
un paroxismo
de morados


GUIRÁ ÑANDU 

Para Teodoro
(bajo la Constelación del Ñandú, cuyas plumas están
dibujadas por claroscuros de la Vía Láctea)

puede que la noche
hoy
se hurte al amanecer
la tierra desmorone
los bordes del poniente
y otra vez el sol
como antes
no despunte

en busca de otro sol
puede alguien perderse
abandonando lo humano
para encontrar a su dios
—el mismo que al nacer
le diera un secreto nombre
de su divinidad
perfecto y repleto

puede que en el viaje
en el trayecto disperso
un hombre adivine
la senda posible
sin fin, de sol a sol
hasta que el hambre y la fiebre
el éxtasis a flor de piel
la intemperie, la plegaria
la danza en exceso
transporten el cuerpo adverso
y el espíritu pulse
y respire
y confronte
el mar que lo separa
de la tierra indestructible

quién sabe el paraíso
que describen los antiguos
no quede allende la vasta
bruma y el sargazo
sino en el arduo transcurso
vencido paso a paso
sin brújula ni mapa del cielo
en pergamino

tal vez allende el cenit
que ofusca el camino
dejando un invisible
itinerario para los ojos
que enfrentan lo oscuro
entre los dos
crepúsculos


MORADAS NÓMADES

carcomas y termitas roen,
voraces, la choza de ripias;
penden del pilar ramos de trigo,
hecho amuleto para graneros llenos;
peroles espolvorean costras de grano molido
y las redes balancean sus harapos,
cerca del piso donde una mancha negra
revela el antiguo fuego

todo abandono y, sin embargo,
allá fuera el pomar sembrado
para los que ahora cruzan
(fardos vacíos), uno
a uno, los once mil
guapuruvús

Traducción de Reynaldo Jiménez


Josely Vianna Baptista nació en Curitiba, Brasil, en 1957. Formada en Letras Hispánicas con especialización en Semiótica. Publicó Ar (1991), Corpografia (1992), A Concha das Mil Coisas Maravilhosas do Velho Caramujo (2001; VI Premio Internacional del Libro Ilustrado Infantil y Juvenil del Consejo Nacional para Cultura y las Artes de México; 2ª ed. 2018), Outro (2001, en coautoría con Maria Angela Biscaia y Arnaldo Antunes), Os poros flóridos/Los poros floridos (2002, ed. mexicana bilingüe, trad. de Reynaldo Jiménez y Roberto Echavarren), On the shining screen of the eyelids (2003, poesía reunida, ed. estadounidense, trad. de Chris Daniels; Premio de la Creative Works Fund 2001), Terra sem Mal (2005), Sol sobre nuvens (2007, poesía reunida, presentación de Augusto de Campos; 2ª ed. digital 2018), Roça barroca (2012; 2ª ed. 2018), Os sete bichos da Primeira Terra e suas sombras (2014), Nada está fora do lugar. Fábula arborescente (2017), Roza barroca (2020, Colección Adugo Biri, UNAM. México, ed. digital, trad. Reynaldo Jiménez). Creó en 1996 los Cadernos da Ameríndia, serie de textos guaraníes y nivacle en traducción al portugués. Su poesía está representada en The Oxford Book of Latin American Poetry (2009, org. Ernesto Livon-Grosman y Cecilia Vicuña) además de aparecer en múltiples muestras de México, Perú, Argentina, Uruguay, Colombia, Cuba, Francia, Paraguay, España, Holanda, Bélgica, Alemania, Portugal, Australia y Suécia. En 2004 se publicó Musa paradisiaca, recopilación antológica de la página de cultura que editara entre 1995 y 2000 junto a Francisco Faria en periódicos del sur de Brasil. Como traductora de literatura hispanoamericana, su labor abarca más cien títulos que incluyen desde obras de autores consagrados (Roa Bastos, Lezama Lima, Onetti, Arguedas, Cortázar, Cabrera Infante, Carpentier, Luis Goytisolo, Mutis, Cortázar o Vargas Llosa) hasta otros más contemporáneos. Integró el cuerpo de traductores de las Obras completas de Borges (Premio Jabuti a la Traducción 1999). Desde 1992 desarrolla, com Francisco Faria, un trabajo que asocia poesía y artes visuales, realizando diversas exposiciones internacionales. Em 2018, se publicó em Argentina Moradas nómades, antología de su poesía con selección, traducción y prólogo de Reynaldo Jiménez (Juana Ramírez Editora). Realizó la traducción crítica del Popol Vuh, publicada en Brasil em 2019 (Ubu Editora). Reside em la Isla de Santa Catarina, Florianópolis. Site: Na tela rútila das pálpebras (http://natelarutiladaspalpebras.telarutila.com/index.html)


 

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