ESCRIBES EN EL AIRE COMO UN PÁJARO │ SALVADOR TENREIRO


SAN MIGUEL DE BREAMO

¿Qué aire respiramos en este bosque?

Estos aromas.
El vuelo de estos pájaros.

La bruma honda que nos va ocultando
en sus fragancias.

¿Qué aire respiramos
cuando se desvanece este paisaje
entre las sombras
o entre las oscuras claridades de esta niebla?

Pieles del día.

Delicias de lo que somos.

Voces.

La palabra que vive
a la intemperie,

a pleno desgaste.

Llaga con él uno de sus ojos.

Se niega a sí misma
tres veces.

Pero permanece
en el tejado más alto,
con el ángel.

Respiración
de las aves
que van de un lado a otro
en la espesura.

El bosque es el secreto en la tarde lluviosa.

(Poema tomado de A maxia do Breamo en tres poemas de Salvador Tenreiro, en Crónicas dun fillo de Pontedeume;  Blog de Jose Fonte, 09/03/2015)

 


TRISTES TÓPICOS

En este instante se estarán escribiendo
cientos de poemas en lenguas y países distantes.
Alguien, sin que se sepa, repasará su historia.
El infortunio que da vida a sus versos.
El olor de la lluvia. La serenidad de la luz
mansa que se oculta tras un cristal opaco.
Otros, por razones estéticas, ubérrimas,
políticas, desandarán el camino. Borrarán,
tacharán, disolverán el pensamiento en agua de borrajas.
En este momento es de noche en la mitad del mundo.
Tal vez alguien escriba a oscuras
el poema que le dicta el destino. Dibujará
cada palabra. La dirá en voz alta para probarla
contra el cielo del paladar. Alguna mano se
despertará de pronto sobre una página
que nunca leerás.
Es el saludo convenido
mientras el yo del desamparo sobreviva.

 


PAÍS DE CENIZA

Vive
vivamente en mí

Es llaga en la mirada
y aroma entre los tilos

Alza su copa de mansedumbre
de desaliento
de flaqueza

Se acusa de ser manso
entre las grietas que lo resquebrajan

Nadie sabe si aún sigue en pie

No hay goces
ni resplandores que reconcilien

Es difícil pronunciar su nombre
resbalan los sonidos como si se borrasen

Va quedando sin nada

la casa de la infancia
el vuelo de los más finos colibríes

las reuniones familiares
la miel inocente

Mi país es una mitad
No tiene otra fortuna
que el desamparo

tallado
en sus ojos.

 


VUELO

Escribes en el aire como un pájaro. Planeas
sobre las corrientes cálidas que te llevarán lejos
de las ramas en las que te posas. Pasas
el día olfateando el viento. Hay aromas propicios
para cada vuelo, según la jerarquía de plumajes.
Para encontrar el momento de emprender el viaje
es necesario abandonarlo todo.
Olvidar el nombre de los árboles que te dieron cobijo
y sirvieron para los primeros aleteos de práctica.
El nido hace tiempo que lo ocupan otros de tu especie.
Ahora estás al acecho.
Llevas tiempo sin comer para aligerar tu peso.
Estás a la espera de una corriente
que convenga para decir adiós.

(Los 3 poemas anteriores, fueron tomados de Salvador Tenreiro, Poemas, en Tinta China, Revista de Literatura; Número doble: 21 y 22, Sevilla, Mayo de 2018)

 


JUNCO DE RELÁMPAGO

Esta luz
nos abate
entre cenizas
que la piel negra del invierno
arrastra
como trofeo

Entre ramajes
erramos
entre guijarros
y harapos de tempestad

La arcilla del alba
nos golpea
contra los riscos

Un leve
resplandor
nace
y tiembla
en el limo

más leve
que junco
de relámpago.

 


EL EXILIO

El cuadrante de la palabra es nuestra orilla
El camino se enjoya de visiones
de luces que nos dispersan
Nos hemos ido “con nuestra música
a otra parte”. Vamos de un lado a otro
sin saber qué decir
Ya no hacemos fuego
suficiente para un invierno

El único equipaje es el delirio
No hay brújula que señale el camino
de regreso

Untamos con lodo los párpados
y la tiniebla no se disipa

No conservamos nada
Nuestra memoria es el instante

 


ÁNGELES

Hay ángeles que velan al final de la tarde.
Recorren todas las estancias en un vuelo
rasante, equinoccial, pinario.
Pasan la noche a nuestro lado
sin ser vistos por nadie. Ni siquiera
nosotros sabemos de su transparente
permanencia. Ni escuchamos batir
sus alas, en caso de tenerlas.
Porque los ángeles no han sido vistos
jamás por los mortales.

Lo que sabemos
de ellos es pura invención de pintores
y escribanos de un reino desparecido.

La única certeza es que desaparecen
siempre al amanecer.
Y que la luz del sol desciende cada día
de los fulgores que dejan en el aire
una vez finalizado el aleteo.

(Los 3 últimos poemas, fueron tomados de Posts publicados por Tenreiro, en su muro de Facebook, en este 2020)

 


SALVADOR TENREIRO (La Coruña, España, 1952)
Poeta, ensayista, crítico literario, compilador y profesor universitario venezolano. Ha publicado en poesía, Los sueños fértiles (Ediciones de la Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1976), Secreta claridad (Talleres de Fotograbado Motta, Caracas, 1979). En ensayo, sus libros, Para una poética del sujeto en la obra de J. A. Ramos Sucre (1987), El poema plural. Notas sobre poesía contemporánea (Ediciones de la Casa de Bello, Caracas, 1989). Como compilador, el libro, Vicente Gerbasi ante la crítica (Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1997). Ha recibido las distinciones, Premio de Poesía Francisco Lazo Martí, de la Casa de la Cultura de Calabozo (1978), Premio Manuel Díaz Rodríguez del Concejo Municipal del Distrito Sucre, Mención Ensayo e Investigación (1985), Premio Manuel Díaz Rodríguez del Municipio Sucre (1987). Graduado de Profesor de Literatura y Lengua Castellana (Instituto Pedagógico de Caracas, 1977), es Doctor en Literatura Hispanoamericana (Universidad de París III, 1985) y Profesor Jubilado de la Universidad Simón Bolívar. Vive actualmente en España. En su memorable libro, El poema plural, Tenreiro escribió una nota admirable, sobre la poesía del gran Giuseppe Ungaretti; en ese texto dijo, “El poema, como la memoria, lleva implícita la palabra del hombre, su plenitud y su fracaso. De allí que la aspiración suprema de la poesía sea –como propone el poeta- la de cumplir, a través de la palabra, el milagro del mundo resucitado en su pureza original y radiante de júbilo. El poema recobra la inocencia perdida, la pureza de las más altas nieblas de la noche…” Esto, también podríamos afirmarlo los lectores de la poesía de Salvador Tenreiro, ante sus magníficos y luminosos poemas.

 


 

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