
Diccionario de uso
Se me volvieron locos los registros.
Ya casi no conozco gilipollas
o quizá todos se volvieron pendejos.
El mogollón se está volviendo un chingo
y ahora en vez de resaca tengo cruda.
Ni modo,
hay que joderse,
sigue sin haber académicos,
allá,
que se llamen Xóchitl
o Cuauhtémoc.
Pero le van haciendo la lucha,
todo hay que decirlo.
Al tiempo.
Y eso sí:
la juerga, el vino, los amigos
siguen
y las palabras
no dejan de ser nuestras.
Exabrupto
No me importa que a veces
se equivoquen los revolucionarios
Algo queda
aunque sólo sea eso
No aguanto a los que nunca se equivocan
me revientan los analistas
que olvidan que tienen la sartén por el mango
y son los dueños de la cocina
de la fruta la carne
de la escuela de cocineros
Son mejores los grillos que las cucarachas
aunque sólo sea por eso que hacen
que parece música.
Función negra
Encontré este libro rebuscando entre mis ganas de escribir,
de recordar para seguir en el camino. Lo encontré en la
tristeza de un amigo muerto, en la certeza de un maestro
vivo, en la necesidad del testimonio.
Encontré este libro; y me di cuenta de que era una
conversación: con otros libros, con mis fantasmas.
Encontré este libro, y me di cuenta de que no era un libro,
porque era muchos libros; de que no tenía género, porque no
existen, o porque sólo hay uno; de que no tenía orden
porque, en cada paso, había que volver a comenzar el
camino.
Por si acaso, todo empieza en un viaje concreto que, además,
tiene algo de iniciático; en busca de algo, quizá de mí mismo:
todo es un homenaje a un amigo muerto, pero también la
seguridad de que mientras viva en lo que hago, lo que
hacemos, será más que un recuerdo.
En fin, que se podría buscar, hacia el final, algo como un
principio, y hasta el título; y volver al principio, y seguir.
En fin, que, como todo, podría tener un orden, pero no le
hace falta, que ya, antes, alguien había escrito Pedro
Páramo, El bosque sumergido, Los fuegos pronunciados, El
libro de los abrazos; tantos otros…
Que ya antes alguien había escrito Rayuela; y nos había
regalado a la Maga diciendo que nos volviéramos
cronopios…
Que ya antes Vallejo, e id a buscarla, y todavía…
Ignacio Martín. Salamanca, España, 1968. Filólogo de formación, poeta, escritor y tallerista, corrector y editor para ganarse la vida.
Obra: Luz tan fuerte que se escucha (plaquette) (1994, Editorial Factor), Con toda la intención (2005, Leer y escribir; 2015, Guesa Ediciones, reedición digital), Función negra (2006, El Taller del Poeta), Edición de autor (2008, Ala de Avispa), Panfletario (2014, Guesa Ed., edición digital), Intención de autor. Obra reunida (1988-2018). (Ediciones Diputación de Salamanca; colección Autores salmantinos), Coautor, junto con Pilar Leal y Rafael Pontes, de Tras la huella de… El cuento, publicado por la editorial Édere.
Desde 2010, publica la columna “Charro de dos orillas”; primero apareció en el periódico El Adelanto, de Salamanca, España; tras el cierre de dicho diario, en mayo de 2013, la columna continúa en SalamancaRTV al Día (diario digital).
Como poeta, ha sido incluido en diversas antologías y revistas culturales y el dúo español Godaiva ha puesto música a algunos de sus poemas.