Déjame darte sentido
Acaríciame vida
escribe sobre mi piel mi historia,
de otros vivos y muertos,
dame mundanidad para beber una cerveza por ti
Abre mis ojos para ver tus formas armónicas
de la otredad cotidiana,
deja mis odios abiertos y escuchar tu bello cantar,
en el silencio y la soledad de la existencia
Deja vida que sepa que es amar,
odiar, mal mirar y desear
Déjame ser hipócrita y falso del amor
déjame vida ser el sueño irrealizable de Dios
Permite que sienta en las venas el frio del desprecio
la desesperación del alcohólico,
el coraje e ira de Telémaco,
la lujuria de Paris
y la soledad de Cristo en el sanedrín
Déjame vida terminar mi trago
y contemplar el abismo,
Déjame escribir mi vida en los senos de la madre tierra
Déjame morir para darte sentido.
Canta
Canta el sonido de los pájaros
de las aves del paraíso
del cenzontle
y el perdín.
Canta macehual, canta
no llores más sobre tus restos,
cuando emprendas el viaje al Mictlán,
canta, canta.
No llores,
que te escucho en mi viaje,
en los terrenos de Mictlantecuhtli,
en el inframundo.
Canta macehual, canta
el sonido del caracol escucho,
llama a la guerra florida,
a la fiesta de Xochipilli
canta las melodías de los hueheu.
No llores más sobre mi tumba
sobre la tierra que es nuestra madre
Tonantzin,
la de la vida,
la de la muerte.
Te escucho cantar
aún en la profundidad del tiempo,
¡No pares por favor!
La melodía de la flauta escucho
son mi guía y mi luz
en el camino del descanso huitzil.
De los sonidos Canta el sonido de los pájaros
de las aves del paraíso
del cenzontle
y el perdín.
¡Canta macehual, canta!
No llores más sobre tus ruinas.
El Amor
El amor no calla,
es traslúcido al tiempo.
Recorre el silencio
en lo más recóndito del corazón.
El amor solo conoce
el silencio de tu alma
el deseo más ferviente de tus sueños
y la angustia más eterna de tu ser.
El amor solo conoce
la geografía de tu cuerpo,
y el universo
en el brillo de tus ojos.
El amor espera un murmullo
de tus labios,
para encontrarse en el túnel
más profundo del erotismo
que guardas en tu ser.
El amor no conoce el limite
entre lo sacro y lo divino,
y en el umbral de lo prohibido.
El amor solo acaba
y se fractura
en el reino del olvido,
y solo resucitará en una noche de invierno.
Octavio Jiménez
Narrador, poeta, cronista e historiador es oriundo de Tepeji del Río, en el estado de Hidalgo en México. Fue acreedor al Premio Estatal de Cultura “Raúl Guerrero Guerreo” 2018 que otorga el Estado de Hidalgo, por su trabajo en la preservación y promoción de la cultura.
