
SI AMANDO DEMASIADO
Si amando demasiado
se acaba por no amar en absoluto
yo digo que
el amor es una ficción amarga
esos ojos como velas
que pasan y pasan sobre olas de leche
¿qué se esconde dios mío
tras esos párpados azules?
¿un pensamiento de huida
el proyecto de un desafío
la decisión de poseer?
la nave de negras velas
gira ahora hacia occidente
corre sobre olas de tinta
entre rizos de viento
y gaviotas hambrientas
en aquel puente ya lo sé
abandonaré un zapato, un diente
y buena parte de mí.
DULCE DILUVIO
Tengo en la mente un dulce diluvio,
un ligero desprendimiento de rocas,
quizás un pájaro cantarín
que ayer por la mañana se ha posado en el árbol
de la ventana.
Con mis zapatos de monja
subo por las cuestas ventosas,
Te pido sólo que seas tú,
no otros que te enamoran,
tantos trajes colgados,
tantos cuellos de camisa flojos.
Un hombre lee bajo la farola
sentado con las manos en el regazo,
el rótulo del estanco
emana una luz cuadrada
el paso cauto del gato sobre el asfalto.
Espero que vuelva ese hombre
que he amado hace un millón de años.
4
De noche me despierto con tu mano
sobre el hombro tu aliento sobre el cuello
me levanto asustada
¿todavía estás aquí? te pregunto
pero no me contestas
tienes una risa pequeña
de niño y te escondes
detrás de los hombros
detrás de la almohada
detrás de las cortinas de la ventana
eres arisco como un grillo
y quisieras morderme una oreja
como haría un cachorro
te tengo que recordar que estás muerto
que te has ido sin despedirte
pero qué crueles son los pensamientos
de los vivos mientras los muertos juegan
con sus sombras distraídas
y la nieve cae con gracia
y el agua hierve
y las mandarinas aroman la habitación
cómo quisiera que estuvieras aquí
pero cuando extiendo la mano
para tocarte te me escapas
y te escondes entre las estrellas pálidas
de una noche sin luna.
(de Noche de Fin de año en el hospital)
MIS NOCHES
Mis noches
de naranja amarga
estaban habitadas
por toscas ballenas blancas
y serpientes voladoras,
sabía del balanceo
de las cortinas de color de leche,
planté un níspero
en el cuenco del perro muerto
y brotó un arbolito
retorcido y enojado
que llamaré extinción
mis noches
de jazmín dulce
qué sólidas eran aquellas alas
y líquidas aquellas memorias
en la isla lejana y fiera
donde cada mañana
me despertaba un palmo
más alta y más alegre
mis noches de valeriana
han acabado siendo oscuras e insolentes
y por más que vaya apoyando
la cabeza en almohadas de plumas
en ciudades abatidas
en habitaciones que no conozco
ya no sueño con ballenas
mis noches
de diazepan
me vienen estrechas de hombros
¿qué nombre le pondré a esa golondrina
que se lleva en el pico mi vida?
Dacia Maraini Italia 1936. Poeta, novelista, dramaturga y ensayista. Pasó su infancia en Japón. Debido a las posiciones antifascistas de sus padres, su familia estuvo confinada en un campo de concentración de 1943 a 1945. Algunas de sus obras, traducidas a diversas lenguas: Las vacaciones; La edad del descontento; Memorias de una ladrona; Mujer en guerra; Cartas a Marina; El tren; La duquesa silenciosa; Viajando con paso de lobo y Diálogo entre una prostituta y su cliente. Ha ganado importantes premios literarios por su obra, entre ellos el Premio Campiello y el Premio Strega. En la década de los 60’s, cofundó el Teatro del Puercoespín, y años más tarde el teatro experimental feminista La Magdalena.
Autora de más de sesenta obras de teatro representadas en Italia y en el exterior, varias películas se han realizado a partir de sus libros y ella misma ha escrito guiones para directores como Pier Paolo Pasolini, Marco Ferreri, Carlo Di Palma, y Margarethe Von Trotta.
En la poesía de Dacia, la cotidianidad y los reclamos de la existencia son irremediables y profundos, una puerta abierta en la que damos pasos y para adentranos en un lenguaje sobrecogedor.