
SUENA A LOCURA
Necesito esta melodía que suena en mis oídos
mientras voy buscando esa inspiración que rompe
cualquier atadura.
Parece locura, pero esta melodía eleva mis sentidos.
Suena, se eleva como halcón, como gaviota, como
águila que observa la dicha que escribe un verso;
verso cuánticamente perfecto a lo que trato de
olvidar, de resarcir, de redargüir en una pared
ancestral.
Suena irónico, lo sé.
Suena a nada, lo sé.
Suena solamente aquí en mis pupilas que nadie
Puede ver.
¿Será hotel? Pregunta que nada tiene que ver,
palabras cabizbajas. ¿Será un cuadrangular?
¿Será tangible el beber una gota sin tener sed?
No lo sé…
Se amedrentan los sueños de una tarde (22:25h),
lo digo así por no deletrear o repetir las sílabas de
la noche que crece con la lluvia espantado a las
aves nocturnas.
No lo sé, suena a locura, lo sé.
PARAGUAY
Paraguay…
Como te han castigo
con guerras y más guerras,
con dictaduras y democracias.
Nadie entiende tus sufrimientos,
ni siquiera tus hijos que están
acostumbrados a vender tu tierra.
¿Dónde está el respeto a los héroes
que defendieron nuestra patria con
sus sangres?
Paraguay…
Como te han castigado,
y aun así no tienes rencor por tus
hijos ni por tus enemigos.
Eres el sueño guaraní.
Eterno pedestal del mundo.
¿Será qué por eso todos desean verte
desaparecer?
Paraguay…
Te han cerrado las puertas, aun así
Todos quieren comer de tu suelo y
beber de tus aguas.
¿Cuántos maestros murieron lejos
de ti, deseando volver a ver tus
veredas vestidas de lapachos y de ñandutí?
Paraguay…
No te amedrentas por nada.
Eres suelo de los mansos y de los valientes
del pasado y de los que estamos aquí.
Paraguay…
Solo te pido un favor, no permitas que
mis huesos estén lejos de ti.
SUEÑOS DE LA METÁFORA
Bastó un pequeño roce de tu sombra para
volver a causar un raudal de fuegos apasionados
en mi interior.
Los huesos de aquel valle olvidado, tomó carne
y espíritu causando un alboroto ante la sociedad.
Un susurro de tu voz, bastó para mirar los
muros caídos de la vieja esperanza que el amor
desesperado lo derrumbó.
Pisadas de hombres bajo el cielo lejano de todos,
quedaban como testimonio para la vida, de que
una vez hubo vida debajo del cielo.
En mis manos tomé el polvo de la Tierra.
La sandalia de aquel peregrino formando su fe,
vio lo que una vez fue y no será jamás, arder
siempre con fuegos apasionados.
La lluvia gritaba por la sequía…
¡Tanta pasión en un pequeño arbusto del
corazón!
Bastó un salpicón de lengua sobre aquella
gota de ausencia.
La súplica de un peregrino, marcha tras lo que
tu mano se llevó, corazón de mi cuerpo, el
corazón viajero que se perdió entre las nieblas
de tu sombra rozando mi piel.
Fuegos impetuosos derribaron las altas murallas
de aguas congeladas.
Bastó un suspiro en mis oídos para volver a
Soñar tras los sueños de la metáfora.
ME FUI
Me fui a querer
borrarte de mi mente.
Me fui a querer
sacarte de mi corazón.
Ninguno de los dos funcionó
porque los dos me daban
la razón de quererte,
porque tus besos se
clavaron en mi mente,
diciéndome que te guarde
en lo profundo de mi corazón…
Mientras todo pasa,
yo sigo pensando en tu amor.
José A. Monnin nació en la ciudad de Asunción República del Paraguay, es poeta, narrador, gestor y promotor cultural. Actualmente vive en la ciudad de Limpio, cuna de las mayorías de sus obras, apareció en varias antologías literarias nacionales e internacionales. Obras publicadas: La batalla por los reinos I (2008), Raíces de amor (2010), Crónicas de mi sangre I (2018), Emblemas de mi alma (2018), El rescate de las prisiones (2019), Tu poema entre las sombras (2020), Crónicas de mi sangre II (2021).