
MERCURIO ENCERRADO
El viejo Hermes, entre el más acá
y el más arriba de los sempiternos
ya no cumple su rol de mensajero
alado entre las nubes de los sueños,
de portador de mensajes cifrados
de los olímpicos a los mortales.
¿Qué han hecho de ti, mago amiguísimo,
los envidioses coléricos, celosos?
¿Qué alquimia poderosa trasmutó
en líquido metal a la deidad?
Desde tu paso por la Roma Eterna
hasta las noches claras de nosotros,
¿será que ta has mutado, como un virus?
Mercurio está enclaustrado en los termómetros,
en los de antaño, socios del candeal.
Apenas gesticula en sube y baja,
se parece a los viejos encerrados
temerosos que aparezca repentina
la fiebre anunciadora de su fin.
Habría que soltar al solitario,
romper los artilugios que lo guardan
y alejan de su esquivo nomadismo.
Nos lo impide la cerca. Mal agüero;
envenenan la sangre sus vapores
y contagian de miedo la esperanza.
CUARENTANGO
Como un duende que en la sombra
más la busca y más la nombra…
(Enrique Cadícamo, «Garúa»)
La casa plena de urgencia y de ausencia
tu voz clara resuena en mi memoria
semeja un barco fantasma la casa
con fantasmas de vos y yo en la noria
a lo largo de los días, policías que porfían
fuera del reloj.
En esta casa tu ausencia demencia
vuelve a vos y me mato a cada rato
para olvidarte y salir
a dejarte y expulsarte
y volver a fracasar.
Semanas
encerrado en la blasfemia
soy un pobre sobrevivo
miro cifras de academia.
Decime: ¿dónde estás?
La parca insiste y se extiende
la vida sufre de anemia y desangra
conmigo a bordo. Quimera
apostar a primavera.
Los meses, iguales
(tus caderas no dejan pensar).
La casa plena de urgencia y de ausencia,
entes, sitios vacíos son los cuartos
Tras los vidrios una lluvia intermitente,
mansa sobre faroles que están hartos
salpica con goteras a la mente
que te espera
evocándote.
Son lágrimas que bañan las arañas
caralibro, las pantallas, el café.
Y además el noticiero,
como viento huracanado
castigándome.
CUENTO PARA BISNIETOS
Érase un lago con garzas y nenúfares
Y un estanque con bromelias y camelias.
Perfumado el aire era con aromas
Que venían de tierras lejanísimas
Olía a benjuí, a sándalo y almizcle.
Érase un mundo dorado y sin tragedias.
Los cisnes se bañaban en la blancura
De las nubes que flotaban en el aire
Y en el alba, las rosas, pura hermosura.
Aquello parecía fiesta y gracejo.
De un vals, el vals, un vals sonaban compases.
No érase lo que se dice una cloaca,
Aunque tenía muchos rasgos de tal.
En la torre del vigilante castillo
Apuntaban hacia el zenit unos silos,
Correteaban niños por tenues cornisas
Negociantes de armas eran los señores,
Y las damas, con vestidos largos y abanicos,
Semejantes a las alas de los cisnes,
No eran gentiles ni leves, mas aleves.
Pero érase un negro cisne ignorado
Por los caballeros, los niños y las damas
Se pintaba, parece, con tinta china
Hecha a base de jugo de murciélagos.
Dicen que llegó como llegan los cisnes
Sin invitaciones y sin avisar.
Voló sobre el estanque de las camelias
Y acuatizó en lago de los nenúfares.
Levantaron vuelo las tímidas garzas,
Cesaron entonces los giros del vals,
Qu´est-ce que c´est; ça va pas; dites moi; ça alors!
Quisieron las damas y los caballeros
Que le retorcieran el cuello largúisimo.
Pero no pudieron y entonces perdieron;
envalentonado, el miedo campeó.
Pobre, pobre cisne; lo malo es lo negro.
Aún hasta hoy lo tienen por culpable
Y mucho más: dicen que todo pudrió.
Leonardo Rossiello Ramírez
Bio-bibliografía
Nació en Montevideo en 1953 y vive en Suecia desde 1978. Miembro Correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Forma parte del comité científico de revistas especializadas en literatura. Hasta julio de 2018 ha sido profesor de la Universidad de Uppsala, Suecia.
Es autor de los poemarios X-2000 (Lund, Litterae Tertii Millenii, 2001), Tankas (Montevideo, Yaugurú, 2012), Vitral a contraluz (Jönköping, Simón Editor, 2015) y 327 haikus senryus y tankas (edición electrónica para Kindle, teléfono móvil y tablet, accesible a través de amazon.com) y de varios poemarios aún inéditos. Ha sido traducido el sueco, al inglés, al esloveno y al italiano y está representado en revistas y antologías poéticas, como 8 antologías personales (Montevideo, Vintén, 1992), Noche Amarilla: 33 + 1 voces de la poesía uruguaya actual (Círculo de poesía, 2019), compilada por Marisa Martínez Pérsico, y otras.
Está representado en antologías nacionales e internacionales del cuento, género del que ha publicado Solos en la fuente (Montevideo, Vintén, 1990), finalista en el concurso de la Intendencia de Montevideo; La horrorosa tragedia de Reinaldo (Montevideo, Arca, 1993); La sombra y su guerrero (Montevideo, E.B.O., 1993), primer premio Narradores de la Banda Oriental/Lolita Rubial); Incertidumbre de la proa (Montevideo, Graffiti, 1997), primer premio del Ministerio de Educación y Cultura en categoría Inéditos. “Bicicletas Románticas”, incluido en esa colección, fue ganador del premio La Maison de l´Amérique Latine en el Premio Juan Rulfo de cuentos, de Radio France Internacional en 1997. Luego publicó Gente rara (Montevideo, Torre del Vigía, 2006) y Mejor me despierto (Jönköping, Simón Editor, 2016).
Recibió el primer premio en categoría Inéditos del Ministerio de Educación y Cultura, por su novela La mercadera (Sídney, Cervantes Publishing, 2001 y Montevideo, Torre del Vigía, 2004). También ha publicado las novelas Aimarte (Bucaramanga, Sic Editorial, 2003), ganadora del premio Álvaro Cepeda Samudio de novela corta en Colombia ese año. De esta existe una edición de E.B.O. con el título de Aimarte. El globo de Garibaldi (Montevideo, E.B.O., 2008) y otra, italiana, con el nombre de Aimarte. Una mongolfiera per Garibaldi (Galzerano Editore, 2010). Sol de brujas (Jönköping, Simon Editor, 2014), su novela más reciente, quedó entre las finalistas en el VIII Premio Vivendia-Villiers de Relato de Ediciones Irreverentes de ese año.